Sánchez y Casado se culpan de fomentar la crispación
No hay tregua. Pedro Sánchez y Pablo Casado volvieron a culparse de fomentar la tensión en el clima político. «Quien no alaba al presidente del Gobierno crispa», ha afirmado el líder de la oposición. «El PP ha escogido vincularse a la ultraderecha», ha respondido el jefe del Ejecutivo durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso.
Ramón Gorriarán / Madrid
Miércoles, 10 de junio 2020, 12:35
El presidente de los populares ha desgranado cuatro ofertas de pactos de Estado para reconducir la situación. Para la sanidad, para coordinar las políticas sociales de respuesta a la crisis del coronavirus, para reconstruir la economía, y para crear una oficina de atención a las víctimas la Covid-19 y sus familiares. El presidente del Gobierno ha replicado con la propuesta de crear una comisión de evaluación de la salud pública. Las ofertas se han quedado el aire del hemiciclo, ninguna ha recibido respuesta.
Casado ha reprochado a su interlocutor de propagar «el veneno» de la discordia en plena pandemia, y ha señalado que el PP le ha ofrecido «el antídoto» en forma de cuatro pactos de Estado. «La pelota está en su tejado», ha resumido.
Sánchez no dado credibilidad a las palabras del jefe de la oposición porque sus intenciones son «hacer caer a un Gobierno legítimo que ha sido votado por los ciudadanos». Pero, ha añadido, es un esfuerzo inútil porque «el Gobierno está bien». Lo que tiene que hacer el PP, ha subrayado, es elegir entre «el camino de la división y la bronca o la unidad».
El portavoz de Ciudadanos ha intentado aplacar los ánimos con una apelación a «bajar el tono» porque «los españoles no se merecen este clima de enfrentamiento y crispación». Pero puso más énfasis en censurar la actuación del presidente del Gobierno porque no es capaz de mantener el orden dentro del Consejo de Ministros, con un vicepresidente segundo que acusa a otro partido (Vox) de golpista o que acusa a una comunicad autónoma (Madrid) de desarrollar una política «criminal» en la crisis de la pandemia. Con un ministro del Interior (Fernando Grande-Marlaska), ha añadido, que siembra el malestar en la Guardia Civil. «Apelo a su responsabilidad como presidente del Gobierno».
Sánchez ha reconocido que «podría hacer más, seguro» por restaurar un clima de concordia, pero no ha profundizado en este terreno. Ha hecho, en cambio, un repaso a su labor en la crisis sanitaria con el impulso a la comisión de reconstrucción nacional en el Congreso, la celebración de 14 conferencia de presidentes autonómicos, la puesta en marcha de los ERTE o la aprobación del Ingreso Mínimo Vital.
Aunque no ha debatido con el presidente del Gobierno, la portavoz del PP en el Congreso ha aprovechado su pregunta a la vicepresidenta primera para inquirir al presidente si estaba insinuando que su partido «apoya un golpe de Estado». «¿Es consciente de lo que ha dicho?», interrogó Cayetana Álvarez de Toledo. Carmen Calvo también ha tratado de poner calma en un debate que subía de intensidad a medida que pasaban los minutos con una invitación a dialogar con tranquilidad a la portavoz popular: «Tómese un café conmigo, con un par de horas por delante. Acéptelo». Invitación que poco después repitió con la misma finalidad el vicepresidente Pablo Iglesias al secretario general del PP, Teodoro García-Egea.
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