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Pancartas contra Pedro Sánchez durante la concentración de Colón. REUTERS
Sánchez une a la derecha en la calle

Sánchez une a la derecha en la calle

La gran concentración de Colón demostrará si es un síntoma de impotencia o el principio del cambio de ciclo

Juan Carlos Viloria

Domingo, 13 de junio 2021, 12:46

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En plena pugna política por los espacios del centro derecha entre Partido Popular y Vox y entre Ciudadanos y PP, la decisión de Pedro Sánchez de indultar a los condenados por sedición logró reunir en el centro de Madrid a las tres fuerzas. En la plaza de Colón. Casado, Abascal y Arrimadas , cada uno por su lado, compitieron en contundencia a la hora de acusar al presidente de haber mentido en campaña electoral, de vender la soberanía por trece votos y unos meses en la Moncloa, de humillar a los constitucionalistas y saltarse la propia ley de leyes.

La gran concentración de banderas, partidos, sociedad civil, que confluyeron en plaza de Colón demostrará a medio plazo si fue un síntoma de impotencia o el principio de la reagrupación del centro derecha y el cambio de ciclo político en España. La presencia de líderes de la sociedad civil y de los tres partidos de la oposición refleja el convencimiento de que la mayoría de los españoles no es partidaria de la impunidad de los secesionistas ni por razones políticas, ni por argumentos emocionales. La ausencia de tres importantes líderes autonómicos del Partido Popular (Andalucía, Galicia y Castilla y León) pueden interpretarse como un gesto de reserva del PP que pretende dejarse un margen de maniobra en su estrategia actual de reconstruir el centro derecha lo más transversal posible, incluidos votantes del PSOE. Porque el problema de la arriesgadísima jugada de Sánchez con los indultos además del refuerzo político de la derecha serán las vías de agua en el propio espacio social-sanchista.

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El relato ofrecido estos días desde Moncloa que se resume en que «el procés está muerto aunque ellos no lo saben», para justificar un gesto de apaciguamiento de los indultos y cerrar las heridas definitivamente, no ha cuajado. La aparición de los cuadernos ocultos con la próxima hoja de ruta del independentismo no ha hecho más que confirmar que la clemencia, la indulgencia, la generosidad, difícilmente servirán para desmontar el entramado del procés sino para buscar fórmulas diferentes para lograr el mismo objetivo. El escritor Trapiello recuperó en Madrid el espíritu del «Basta ya» que en el País Vasco logró unir al constitucionalismo frente al nacionalismo obligatorio. Y Rosa Díez alma del grupo convocante, Unión 78, dio una clave que puede ofrecer pistas sobre la continuidad de concentraciones como la de Colón. Porque anunció que «es la primera de otras porque los ciudadanos no vamos a consentir que Sanchez amnistíe al golpismo independentista» . La idea parece ser que Unión 78 se convierta en un catalizar apartidista para marcar en la calle los próximos pasos del gobierno y de la mesa de diálogo y un eventual referéndum.

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