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Trump avisa que detendrá caravana de migrantes que viene con "mala gente"

Trump avisa que detendrá caravana de migrantes que viene con "mala gente"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró en un mitin en Estero (Florida) que «está preparado» para afrontar la caravana de migrantes que se aproxima a la frontera sur del país con «gente brutal» en ella, personas que «no son ángeles».

Efe / Fort Myers (EE UU)

Jueves, 1 de enero 1970

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"Tenemos que estar preparados ante la caravana (de inmigrantes)", ya que en ella hay "mala gente, como ya vimos en México" (...), pero "nosotros somos más fuertes que ninguna otra fuerza y tendremos que serlo", dijo en un acto de campaña multitudinario celebrado en el Hertz Arena de Estero, en la costa oeste del estado.

En un pabellón abarrotado de seguidores, el mandatario cargó contra los líderes demócratas por querer "unas fronteras abiertas y que entren caravanas de migrantes y con ellas el crimen y las drogas mortales".

Previamente, criticó a los medios de comunicación de "extrema izquierda", los "falsos" medios que hacen todo lo que pueden para "separar a las personas", dijo en referencia a las noticias sobre su viaje a la sinagoga de Pittsburg donde un hombre asesinó a tiros a once personas el sábado pasado.

Trump afirmó que las protestas que se registraron en Pensilvania fueron escasas y alejadas de dónde él se encontraba y expresó a continuación su compromiso de "inquebrantable solidaridad con el pueblo judío".

"El tratamiento de los medios de izquierda trajo de nuevo rabia y división", apostilló en un escenario dominado en lo alto por una enorme bandera estadounidense sobre un cartel donde se leía "Promesas hechas, promesas cumplidas".

Dardos contra los demócratas

En este acto electoral dentro de su campaña «Make America Great Again» ("Haz a Estados Unidos grande de nuevo"), con la que intenta electrizar a la bases republicanas, Trump salió en apoyo desafiante de los candidatos republicanos Rick Scott y Ron DeSantis al Senado y la Gobernación de Florida, respectivamente.

El mandatario presentó a Scott, actual gobernador de Florida, como "uno de los mejores gobernadores de la historia del estado y del país" y responsable del "increíble 'boom' económico que vive", frente al senador Bill Nelson, alguien "a quien nunca he visto en tantas veces como he venido Florida; solo en las últimas semanas", se mofó.

Pero Trump guardó sus dardos más envenenados para el rival de DeSantis a la Gobernación de Florida, el demócrata Andrew Gillum, a quien llamó "socialista radical que quiere convertir Florida en Venezuela".

Acusó a Gillun, alcalde de Tallahassee, la capital del estado, de ser blando con el crimen. Y bramó: "Tallahassee es una de las ciudades más corruptas de los Estados Unidos. ¿Es esto realmente lo que queréis en el estado de Florida?

Las encuestas dan al demócrata Gillum, apoyado por el expresidente Barack Obama, una ligera ventaja en intención de voto, aunque no suficiente para dar por descontado su triunfo.

Según el promedio de resultados de encuestas que realiza la web RealClearPolitics, la ventaja de Gillum se sitúa hoy en un punto porcentual, lo que equivale a un empate técnico.

Apoyo a los candidatos

A una semana de las elecciones intermedias en las que los republicanos se juegan la mayoría en el Capitolio, Trump se ha volcado en apoyo a los candidatos de su partido, especialmente en Florida, una de las piezas más codiciadas por ambas formaciones.

El inquilino de la Casa Blanca trasladó el mensaje central del miedo al otro, a una supuesta "violación de las fronteras" que traería el triunfo demócrata, un relato con el que intenta movilizar a los republicanos y evitar que el Congreso caiga en manos de sus rivales políticos.

También puso el foco de su discurso en la subida de impuestos, destrucción de empleo y erosión del Medicare y la Seguridad Social que supondría una victoria demócrata.

No esquivó Trump su polémico plan de emitir una orden ejecutiva para acabar con el derecho a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos, con el fin de negársela a los hijos de indocumentados y quizá de otros inmigrantes.

Se trata de una idea que ha suscitado numerosas críticas de la oposición, y algunos republicanos han opinado que esa decisión solo podría tomarla el Congreso.

Tanto el presidente Trump como su antecesor Barack Obama y el senador Bernie Sanders participan esta semana en actos electorales en Florida, un estado donde el resultado de las elecciones del 6 de noviembre no está decidido, aunque los demócratas llevan una leve delantera en puestos clave.

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