La subvención a la monarquía británica sube un 45%

Ambos titulares contradicen una noticia que se publicó en enero en la BBC y en la mayoría de medios. A cuatro meses y medio de su coronación, el rey hizo saber que había pedido a la Crown State (Hacienda de la Corona) que redujese el porcentaje de sus beneficios dedicado a financiar la monarquía, para dedicar el resto de las ganancias «al bien público general».

En julio, el Ministerio de Hacienda publicó un informe sobre la Hacienda de la Corona y la Sovereign Grant, o subsidio al soberano. Efectivamente, como ya anunció el rey, se reducía el porcentaje de los beneficios transferidos a la Casa Real, por el aumento de ingresos con las licencias concedidas a constructores de parques eólicos marítimos. Pero el resultado es el aumento espectacular de del subsidio.

La Hacienda de la Corona es la adquisición de tierras por los monarcas desde los derechos de conquista del rey normando, Guillermo. Más de siete siglos después, en 1760, Jorge III llegó a un acuerdo con el Parlamento por el que le cedía las entonces llamadas Tierras de la Corona y se libraba del pago de la administración, de la defensa y de la deuda a cambio de un subsidio anual.

La cantidad adjudicada a los monarcas era decidida por el Parlamento hasta que el primer ministro David Cameron y su ministro de Hacienda, George Osborne, acordaron en 2011 que, en vez de pagar a la monarquía a través del Tesoro público, se haría el pago como un porcentaje- inicialmente el 15% y más tarde el 25%- de las rentas anuales del Crown State, que el Gobierno administra sin ser su dueño legal.

Un consejo de comisionados gestiona un capital en torno a los 18.000 millones de euros. Son tierras agrícolas, solares urbanos, los barrios construidos como ciudades ideales por el príncipe Carlos, participaciones en empresas, y el lecho marítimo, del que se convirtió en propietaria legal en 1962. Una española, Sol Anitua, es su directora ejecutiva de Estrategia, Investigación e Innovación.

El desarrollo de parques eólicos duplicará los beneficios de la Hacienda de la Corona en el ejercicio 2023-24 hasta 1.200 millones de euros, según una estimación del Tesoro. El subsidio anual a la Casa Real, que ha sido de 100 millones este ejercicio se duplicaría también, por lo que Gobierno y monarca han decidido reducir el porcentaje del 25% al 12%. Aún así, el subsidio efectivamente aumentará un 45%.

The Guardian calificó como «absurda» la coronación de Carlos III, que habría sido además «innecesaria constitucionalmente» y de un coste que el diario estimaba en cerca de 300 millones de euros. El Financial Times opinaba aquel día que «la fusión de tradición y modernidad son la marca de la personalidad del rey, y es una necesidad en el Reino Unido del siglo XXI».

Dos medios con miradas diferentes optan por resaltar el aumento del 45 % cuando, en realidad, es un subsidio temporal para terminar las obras de modernización del Palacio de Buckingham, sede de la monarquía. Es quizás una señal del cambio en el talante británico sobre la institución, que envuelve en palabras convenientes sobre su ahorro para el bien común la realidad de su dinero.

Exentos del impuesto de sucesiones, de las rentas «privadas» que obtienen del Ducado de Lancaster y del Ducado de Cornualles, de la explotación comercial de la colección de arte, contribuyentes 'voluntarios' al impuesto de la renta,… el rey Carlos y su hijo Guillermo quieren modernizar la monarquía, como otros reyes del pasado. Tienen que hacerlo en un momento social tenso.