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Manifestación en Tel Aviv para pedir la dimisión del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Reuters
Menos contagios en Israel en un confinamiento marcado por las protestas

Menos contagios en Israel en un confinamiento marcado por las protestas

Los ortodoxos reciben en sus barrios a los policías que controlan las restricciones al grito de «nazis», mientras que los ciudadanos reclaman la dimisión de Netanyahu por corrupción y su mala gestión de la pandemia

Mikel Ayestaran

Jerusalén

Miércoles, 7 de octubre 2020, 18:32

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Israel alarga una semana más el estado de emergencia y el segundo confinamiento transcurre en mitad del pulso político entre Benjamín Netanyahu y sus detractores, los escándalos de ministros y personajes públicos que violan las normas y el rechazo de numerosos grupos ultraortodoxos a la hora de respetar las restricciones, pese a ser la comunidad más afectada por la pandemia.

Los choques diarios con las fuerzas de seguridad dejan decenas de detenidos y eclipsan la mejoría en la curva, que por primera vez en semana reflejó una bajada de los contagios por debajo de los 5.000 al día, con un porcentaje de positivos de un 10,5%, cuando Israel llegó al quince por ciento a finales de septiembre. Durante la primera ola del coronavirus el Estado judío rara vez superó el 3%. Netanyahu se mostró cauteloso tras conocer esta mejoría en la curva y pidió a los israelíes cooperación a la hora de respetar las restricciones para poder empezar a levantar el confinamiento de manera progresiva a partir de la próxima semana.

Miles de manifestantes desafían a diario la prohibición de manifestarse a mas de mil metros de casa con «movilizaciones en cápsulas» en diferentes ciudades que obligan a intervenir a la Policía. Reclaman la dimisión del primer ministro por corrupto y por la mala gestión de la pandemia, que ya ha provocado que el desempleo se eleve a casi un millón de personas en un país que antes de marzo solo tenía paro técnico.

A Netanyahu se le multiplican los frentes y la ministra de Medio Ambiente, Gila Gamliel, dio positivo tras ser sorprendida violando las restricciones en una sinagoga de Tiberias, a donde viajó desde su casa en Tel Aviv para pasar el Yom Kippur. La esposa del primer ministro, Sara, también apareció en las noticias por saltarse el confinamiento y recibir a una peluquera en la residencia oficial para cortarle el pelo. La señora Netanyahu alegó que pensaba que le estaba permitido por ser «una figura pública», pero la prensa local informó que solo su marido tiene esta consideración de figura pública, no ella.

Rebelión Ultraortodoxa

Otro de los mantras diarios del segundo confinamiento son las movilizaciones nocturnas en los barrios y ciudades de mayoría ultraortodoxa, donde se recibe al grito de «¡nazis!» o «¡animales!» a los policías que acuden para hacer respetar las restricciones. Las calles del barrio de Mea Shearim, en Jerusalén, o ciudades como Bnei Brak o Modiin Illit viven auténticas batallas campales con religiosos que atacan a los agentes con piedras, palos y fuegos artificiales porque quieren seguir adelante con sus celebraciones multitudinarias pese a la pandemia.

Estas situaciones de violencia urbana se suceden en el seno de la comunidad con mayores índices de contagios entre la población y genera una nueva preocupación para las autoridades ya que cada vez más grupos incumplen las directrices del Gran Rabinato, que pide el respeto a las restricciones. El 34% de los ciudadanos con coronavirus en Israel pertenece a esta comunidad.

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