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Europa Press / Madrid
Viernes, 25 de enero 2019, 21:22
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En el marco de una rueda de prensa con medios internacionales, el mandatario ha resaltado que «hoy, mañana y siempre» está «comprometido con el diálogo constitucional», al tiempo que ha manifestado que está dispuesto a ir a una reunión «en el pico Humboldt --el segundo más alto del país-- a las tres de la mañana».
«Si tengo que ir en capucha, si tengo que ir desnudo. Si tengo que ir a pie, en carro, en moto», ha enumerado, antes de recalcar que mantiene esta postura «porque cree en la democracia, la palabra y la verdad».
«Soy un demócrata. Ojalá se abra camino para un diálogo razonable y sincero», ha apuntado Maduro, quien ha criticado el «paso en falso» de Guaidó. «Desde Washington se ha empujado a la derecha venezolana a una aventura», ha denunciado.
En este sentido, ha recalcado que el artículo 233 de la Constitución, citado por Guaidó para justificar su autoproclamación, «no tiene pertinencia». «No resiste un mínimo análisis constitucional», ha argumentado, antes de decir que el artículo cinco es clave en esta situación.
«¿Un presidente se juramenta andando por la calle en una plaza pública y se autoproclama?», se ha preguntado. «En un acto público cualquiera puede asumir a partir de hoy el cargo que le plazca y citar cualquier artículo de la Constitución», ha bromeado.
Maduro ha recordado así que se impuso en las elecciones celebradas el 20 de mayo de 2018 y que los resultados fueron convalidados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), mientras que «observadores electorales emitieron informes certificando la transparencia y legalidad de los comicios».
Así, ha recurrido en varias ocasiones a artículos de la Constitución para defender su actuación y la validez de su toma de posesión, y ha recalcado que «hasta por un mínimo de disimulo», Guaidó debía haber convocado ya elecciones.
«Ya deberían haber convocado elecciones para el 23 de febrero. Hasta por un mínimo de disimulo, para cumplir la letra que invocan para su golpe de Estado», ha subrayado, al tiempo que ha resaltado que él y su Gobierno «siempre» han sido «garantes del cumplimiento de la Constitución, en todas las circunstancias».
Por ello, ha reiterado que «los asuntos de los venezolanos tenemos que dirimirlos siempre sin intervención extranjera». «Nuestros asuntos son nuestros. Dentro de la casa, todo. Entre venezolanos y venezolanas, todo. Fuera de la casa, nada. Con los gringos, ni agua, nada», ha recalcado.
Asimismo, se ha mostrado dispuesto a hablar con Trump y ha refutado que sea un signo de debilidad, como se quiere hacer ver. «Cada vez que hablo de diálogo hablo desde mi fortaleza moral y política», ha subrayado.
En este sentido, ha defendido que «no es la violencia, el intervencionismo, la guerra, lo que dirime los conflictos». «El camino no es la bala, no es la amenaza, el golpe de Estado que se está viviendo», ha insistido, sino que es «el diálogo y la búsqueda de soluciones».
Maduro se ha dirigido especialmente a la Casa Blanca y ha señalado que sus palabras estaban siendo seguidas por Trump, el secretario de Estado, Mike Pompeo; el vicepresidente, Mike Pence; y el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
«How are you, my friends? (¿Cómo están, amigos?)», ha preguntado, antes de apostar por «resolver esto por las buenas». «Hay oportunidad. Haga historia, Trump. Cambie toda esa política equivocada», ha reclamado.
«Denle un giro a toda esa política equivocada. Siempre es posible rectificar, siempre es posible tomar un nuevo camino. Yo estoy listo», ha resaltado Maduro, quien ha cerrado su discurso de nuevo en inglés y dirigiéndose al inquilino de la Casa Blanca: «Very good? Very good (¿Muy bien? Muy bien)».
Previamente, había dado las gracias a Pompeo por reclamar una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para abordar la situación en Venezuela, lo que ha descrito como «un regalo».
«Si el debate se prolonga para la próxima semana y la otra, y la otra, cada vez que quieran debatir en el Consejo de Seguridad de la ONU, bienvenido», ha señalado.
«Y cuidado si me aparezco yo en Nueva York. En cualquier momento me voy a Nueva York. Ve pidiéndome la visa para ir a Nueva York, para llevar la verdad de Venezuela personalmente ante el Consejo de Seguridad (de la ONU)», ha zanjado.
Sin embargo, ha cargado contra Pompeo por su ofrecimiento a entregar 20 millones de dólares para proyectos humanitarios en Venezuela tras la salida del poder de Maduro. «Qué barato salió el golpe. 20 millones le van a dar a Guaidó», ha ironizado.
«Eso lo gastamos en la mañana para comprar medicinas. ¿Así desprecia usted a su propia oposición?», se ha preguntado, antes de destacar que «están cayendo las máscaras» y que «parece un teatro bufo».
«No es un problema de Maduro o no Maduro, es un problema de un país entero que debemos resolver por el camino de la paz entre todos», ha dicho, si bien ha defendido en todo momento su legitimidad como presidente del país.
Así, ha hablado nuevamente de «simple y sencillamente un golpe de Estado en marcha» respaldado desde Estados Unidos y ha dicho que Washington «quiere un gobierno títere» en Venezuela para «tomar el control colonial del país. «No va a suceder, no lo vamos a permitir», ha zanjado.
Por último, Maduro ha respondido a la exigencia formulada por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación español, Josep Borrell, de convocar elecciones cuanto antes en el país, amenazando de lo contrario con reconocer a Guaidó como mandatario venezolano.
«Si ellos quieren elecciones que las hagan en España», puesto que el presiente del Gobierno «no fue electo en ningún voto popular», ha replicado Maduro. «No pueden dar lecciones ni pueden poner ningún ultimátum», ha sostenido.
El presidente venezolano ha acusado así al Gobierno español de «repetir el guión» de José María Aznar, quien apoyó el golpe de Estado de 2002 contra Hugo Chávez. «¿Eso será la política de Pedro Sánchez o un error de una lengua destemplada como la de Borrell?», se ha preguntado.
«No tienen ninguna lección que dar», ha insistido Maduro, antes de asegurar que Venezuela no permitirá que se la amenace. «Nos plantamos ante España, ante su racismo y su discriminación», ha continuado, acusando al Gobierno de «ponerse a la derecha de Aznar» con su postura.
«Que se vayan de Venezuela, no nos importa, estamos decididos a ser libres», ha asegurado el mandatario venezolano. «Que se vayan rápido, con todo su personal y su embajador, hoy mismo», ha afirmado. «Seremos más felices sin ellos, sin su complejo de superioridad», ha recalcado.
El líder bolivariano ha asegurado además que ha sido «decente» en sus palabras: «No digo lo que siente mi corazón cuando desde España se nos trata de dar consejos».
«Hace tiempo que los expulsamos de aquí», ha defendido, al tiempo que se ha dirigido a la «España colonial que está en las venas de muchos» de los españoles y que ve a los venezolanos como «sudacas». «Les vamos a dar una lección», ha remachado.
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