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Laura Serrano-Conde (Efe) / Roma
Jueves, 21 de junio 2018, 20:48
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Los migrantes serán trasladados en las próximas horas a buques de la Guardia Costera italiana para desembarcar en puerto seguro.
El barco de la ONG Lifeline, que porta bandera holandesa, ha socorrido en las últimas horas a 224 personas en el Mediterráneo, cuando se dirigían desde Libia hacia Europa.
La organización había solicitado este jueves que las autoridades italianas le concedieran permiso para atracar en algún puerto del país.
"Esperamos que las autoridades competentes actúen de acuerdo con el derecho internacional y las directrices de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) sobre el tratamiento de las personas rescatadas en el mar", según un comunicado de la ONG.
Indicó que temía enfrentarse a una situación similar a la que vivió el buque , de SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, al que el Ejecutivo italiano prohibió el 10 de junio atracar en sus puertos y desembarcó una semana después en España con 630 inmigrantes a bordo.
La respuesta del Gobierno de Roma a Lifeline se ha producido mediante una orden del ministro de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, del antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S), de que los 224 rescatados sean trasladados a barcos de la Guardia Costera y que la embarcación de la ONG sea conducida a un puerto en Italia para ser investigada.
Toninelli grabó un mensaje en la red social Facebook y leyó un comunicado del Gobierno holandés en el que asegura que esa nave "porta ilegalmente la bandera holandesa".
"Si esta noticia se confirma, es una embarcación que no debería poder navegar en las aguas del Mediterráneo", resalta el ministro italiano.
Además, precisa que el barco tiene 30 metros y capacidad para 50 personas (ahora transporta a 224 pasajeros), por lo que no está equipada para socorrer a migrantes en el Mediterráneo, y será investigada para verificar, primero, si lleva legalmente la bandera holandesa y, después, si está "poniendo en peligro las vidas" de los rescatados.
Añade que los guardacostas italianos habían avisado a sus colegas libios de la necesidad de asistir a una embarcación a la deriva y de hacerse cargo del rescate, pero Lifeline desoyó este procedimiento e intervino "actuando contra cualquier regla del derecho internacional".
El ministro considera que el hecho de que haya ONG que socorren a migrantes a menos de 30 millas de las costas de Libia incentiva "la salida de las barcazas de la muerte".
En su opinión, la crisis migratoria es un problema que afecta a Europa, no solo a Italia, y debe ser la Unión Europea en su conjunto la que de una respuesta.
La única solución, prosigue, es crear centros de registro de refugiados que gestionen las peticiones de asilo en los países de tránsito de estas personas, "concertando acuerdos con la misma Libia", con lo que se cerraría la ruta del Mediterráneo.
Además de Lifeline, las autoridades italianas investigarán a otra ONG que navega en el Mediterráneo con bandera holandesa, Seefuchs, ya que, según Toninelli, tampoco tiene permiso para llevarla.
En paralelo, el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, de la ultraderechista Liga que junto al M5S conforma el Gobierno, recalcó este jueves que las ONG que operan en el Mediterráneo central para rescatar a inmigrantes "no tocarán suelo italiano".
Colgó un vídeo en las redes sociales sobre la situación de la ONG en cuestión y subrayó que "la Guardia Costera italiana" les había dicho que "no se movieran, que se ocupaba Libia".
"Pero estos desgraciados, incluso poniendo en peligro la vida de los inmigrantes en esos botes, no han escuchado a nadie y han intervenido cargando su cantidad de carne humana a bordo", acusó el político populista.
Confirmó que el Ejecutivo italiano trabaja para "acabar con la mafia de la inmigración clandestina que causa miles de víctimas" y cargó contra los "taxis del mar que luego desembarcan en Italia".
El líder del M5S, Luigi Di Maio, ministro de Desarrollo Económico y Trabajo y Políticas Sociales, criticó en Twitter al presidente de Francia, Emmanuel Macron, le acusó de hipocresía por defender la solidaridad con los refugiados y cerrar al mismo tiempo el paso fronterizo de Ventimiglia y dijo que "la solidaridad o es europea o no lo es". EFE
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