Tusk remodela el Gobierno polaco antes de la batalla con el nuevo presidente ultranacionalista
El historiador y exboxeador Karol Nawrocki toma posesión el 6 de agosto tras su victoria en las presidenciales de junio
Beatriz Juez
Berlín
Miércoles, 23 de julio 2025, 15:17
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha remodelado el miércoles su Gobierno ante la perspectiva de una tensa cohabitación con el presidente ultranacionalista Karol ... Nawrocki, quien asume la jefatura del Estado el próximo 6 de agosto. El jefe del Ejecutivio ha anunciado que el número de ministerios pasará de 26 a 21. Con este gabinete más reducido, Tusk busca también restaurar la autoridad y recobrar la estabilidad tras semanas de agitación dentro de la coalición gobernante, después de la sorpresiva derrota del alcalde de Varsovia Rafal Trzaskowski, cercano a Tusk, en las elecciones presidenciales de junio.
«Hay momentos en la historia de todos los países en los que es necesario recuperarse de acontecimientos que sacuden la escena política, mantenerse firme, controlar las emociones y empezar de nuevo, con impulso y fe en las propias fuerzas. A menudo, estos momentos van acompañados de cambios de personal necesarios», ha declarado el primer ministro antes de anunciar el nuevo gabinete.
En aras de una mayor eficacia en el gobierno de coalición, se crearán dos «superministerios»: el Ministerio de Energía, que engloba Medio Ambiente, Industria y Clima en un único organismo, y el Ministerio de Finanzas y Economía.
Los nuevos ministros tomarán posesión de sus cargos este jueves y la primera reunión del gabinete remodelado está prevista para el viernes. Con estos cambios, Tusk busca fortalecer la frágil coalición gubernamental y retomar la iniciativa política con los ojos puestos en las elecciones parlamentarias de 2027.
El ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, ha sido ascendido a viceprimer ministro, conservando igualmente su cartera de Exteriores, anunció Tusk. Sikorski es uno de los políticos más populares del gobierno y el más conocido fuera del país.
Entre los cambios destacan la sustitución de los responsables de Interior y Justicia. Marcin Kierwinski estará al frente el Ministerio del Interior, como reemplazo de Tomasz Siemoniak, quien supervisará a partir de ahora los aparatos de Inteligencia y seguridad de Polonia.
Adam Bodnar ha sido sustituido por el juez Waldemar Zurek al frente del ministerio de Justicia. Este cambio ha sorprendido a muchos en Polonia, ya que Bodnar era considerado uno de los rostros más reconocibles de los esfuerzos del Gobierno de Tusk por deshacer las reformas legales impuestas por el anterior Gobierno del partido ultranacionalista conservador Ley y Justicia (PiS). Zurek, crítico acérrimo de las reformas judiciales de la era PiS, deberá llevar a cabo las reformas pendientes.
Mandato para seguir gobernando
Tusk, en el poder desde diciembre de 2023, considera que todavía tiene un claro mandato político para gobernar, pese a la victoria del ultranacionalista Nawrocki en las presidenciales y la impopularidad de su gobierno. También existían dudas sobre si su frágil coalición, que abarca una alianza de partidos desde la izquierda hasta el centro-derecha, iba a mantenerse unida tras el varapalo electoral.
«Ninguna derrota, incluida la elección presidencial, justifica este estado de ánimo o desesperación, esta apatía, estos pensamientos de rendición. El periodo de trauma postelectoral llega hoy a su fin. No hay motivos para concluir que se ha perdido una guerra tras una sola derrota», afirmó Tusk al anunciar los cambios en el gabinete.
Sin embargo, el 59 % de los polacos desaprueba la labor del Gobierno, lo que supone un aumento de 7 puntos desde mayo, mientras que solo el 33 % expresa su aprobación, según una encuesta del instituto polaco de opinión CBOS realizada a principios de julio.
Tusk confiaba en una victoria de Trzaskowski, candidato de su partido, para poder sacar adelante las reformas liberales y progresistas que había prometido al llegar al poder a finales de 2023.
El primer ministro chocó, sin embargo, desde el inicio de su mandato con el presidente conservador saliente Andrzej Duda, que ejerció su poder de veto para boicotear sus reformas.
Nawrocki, su sustituto en el puesto, seguirá poniendo palos en las ruedas de Tusk. El primer ministro tendrá que batallar para sacar adelante su agenda de reformas, que incluyen la liberación de la ley del aborto, las uniones civiles entre personas del mismo sexo, subvenciones hipotecarias para compradores de una primera vivienda y el aumento del umbral de los ingresos libres de impuestos.
Nawrocki, historiador ultranacionalista respaldado por el PiS, ha dicho que comenzará a implantar su programa al día siguiente de su toma de posesión. El exboxeador ha prometido, entre otras cosas, a los polacos el cierre de las fronteras del país «para que no nos veamos amenazados por los inmigrantes ilegales».
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