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Un civil sale de un sótano reconvertido en búnker en Mariúpol. Alexander Ermochenko / REUTERS
Rusia admite que sus ataques a infraestructuras civiles persiguen que Ucrania se siente a negociar

Rusia admite que sus ataques a infraestructuras civiles persiguen que Ucrania se siente a negociar

El Kremlin afirma que «si EE UU y la OTAN hubieran presionado en su día al régimen de Kiev», la invasión no habría tenido lugar

rafael m. mañueco

Corresponsal. Moscú

Jueves, 17 de noviembre 2022, 18:50

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El presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado en repetidas ocasiones que los disparos con misiles y bombardeos en territorio ucraniano tienen como objetivo instalaciones de carácter exclusivamente militar. Sin embargo, los ataque masivos de la últimas semanas -el del martes, que fue el mayor registrado desde el comienzo de la guerra, el pasado 24 de febrero; y el desencadenado este jueves- han golpeado infraestructuras civiles, principalmente energéticas, que han dejado sin luz, agua y calefacción a decenas de miles de ucranianos.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha reconocido que «la falta de electricidad y calefacción en muchas regiones de Ucrania son consecuencia de las acciones de las autoridades de Kiev, que se niegan a negociar», a capitular en realidad si se tienen en cuenta las exigencias que Moscú ha venido poniendo hasta ahora sobre la mesa.

El portavoz presidencial afirmó en su habitual comparecencia diaria ante la prensa que los bombardeos «se realizan sobre aquellas instalaciones de infraestructuras que están directa o indirectamente relacionadas con el potencial militar de Ucrania y el régimen ucraniano». «La parte ucraniana carece de voluntad para resolver el problema, para entablar negociaciones, además, de la actitud ya mostrada de abandono de los entendimientos ya acordados en el texto, algo de lo que también hay que hablar», dijo este jueves Peskov en referencia a la ruptura de los contactos tras el fracasado definitivo de las negociaciones el pasado 29 de marzo en Estambul. Entonces, el jefe de la delegación rusa, Vladímir Medinski, dejó claro que Moscú nunca renunciará a Crimea y Donbás, dando así por enterrada toda posibilidad de acuerdo. Ahora la situación es peor, ya que Rusia se ha anexionado, además de Donetsk y Lugansk, Jersón y Zaporiyia.

En su discurso por teleconferencia a los participantes en la cumbre del G-20 en Bali, el presidente Volodímir Zelenski presentó las propuestas de Ucrania para lograr la paz con Rusia, que incluyen 10 puntos; el principal, la retirada de las tropas rusas de todos los territorios ocupados en Ucrania, incluida Crimea. Pero también pidió seguridad radiológica y nuclear, seguridad alimentaria y energética, liberación de todos los prisioneros, restablecimiento de la integridad territorial del país, cese de hostilidades y reparaciones de guerra.

Condiciones «poco realistas»

La respuesta de Rusia se produjo el martes con el bombardeo de misiles más masivo desde el comienzo de la invasión y este jueves los ataques han continuado. El Ministerio de Exteriores ruso consideró «inaceptables» las condiciones previas que pone Kiev para reanudar las conversaciones de paz mientras que el titular del ministerio, Serguéi Lavrov, calificó las condiciones de Zelenski de «poco realistas». Peskov aseguró aquel día que lo enunciado por Zelenski «significa que en realidad no quiere ni puede negociar nada», dando a entender que está atado de pies y manos por Washington. «De manera que la Federación Rusia conseguirá sus objetivos mediante la continuación de la operación especial militar», eufemismo con el que las autoridades rusas se refieren a la actual guerra en Ucrania.

Zelenski sugirió que, de haber negociaciones, se lleven a cabo de forma pública y el portavoz de la Presidencia rusa ha asegurado que algo así a día de hoy es «inimaginable». Peskov llamó otra vez a Washington a «empujar a Kiev hacia la diplomacia». «Si Estados Unidos fuera capaz de tener en cuenta las preocupaciones de Rusia, podría alentar a Kiev a volver a la mesa de negociaciones si quisiera», señaló. Es más, según Peskov, «si Estados Unidos y la OTAN hubieran presionado en su día al régimen de Kiev y hubiesen dado garantías de que no llevarían a cabo una nueva guerra civil y un ataque contra su propia población en dos repúblicas ya independientes, entonces no habría habido operación especial».

«Washington dice que si no hubiera bombardeos rusos no habría tenido lugar la caída de un S-300 de la defensa aérea de Ucrania en Polonia. Pero si aplicas esta lógica, entonces habría que revisar la situación en otra dirección y tendríamos que concluir que si no se hubiese producido una total falta de disposición por parte de Estados Unidos y la Alianza a abordar las preocupaciones de Rusia, no se habría llevado a cabo una operación militar especial en Ucrania», recalcó Peskov.

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