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Darío Menor
Corresponsal. Roma
Lunes, 12 de febrero 2024, 16:18
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Más de una hora duró la audiencia privada que mantuvieron este lunes en el Palacio Apostólico del Vaticano el papa Francisco y el presidente de Argentina, Javier Milei. Con el efusivo abrazo del día anterior durante la canonización de Mamá Antula, la primera santa argentina, y la conversación de este lunes, que alcanzó una duración extraordinariamente larga para lo habitual estos encuentros, se consolida la nueva etapa abierta en las relaciones entre ambos connacionales después de las duras críticas dedicadas por Milei al Papa meses atrás.
Durante la campaña electoral que le llevó a convertirse en presidente el pasado diciembre, este líder «anarcocapitalista», según su propia definición, llamó al Pontífice «imbécil» y «comunista impresentable», entre otros insultos.
Tras la audiencia con Francisco, Milei se reunió con la 'mano derecha' del Papa, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, quien estaba acompañado por monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, el 'ministro de Asuntos Exteriores' de la Santa Sede. Como ya había hecho antes con el Pontífice, en esta otra reunión también se trataron las polémicas medidas del nuevo Gobierno argentino para afrontar la crisis económica, entre las que destaca la desregulación de los precios, lo que habría contribuido a duplicar la tasa mensual de inflación hasta el 25,5% en diciembre.
Hoy son alrededor del 40% los argentinos que se encuentran en situación de pobreza, lo que ha llevado a los obispos del país a exigir al nuevo presidente que aumente «sin dilación» la ayuda alimentaria entre las franjas más desfavorecidas para evitar el hambre que sufre parte de la población.
Para Milei, que invitó por carta al Papa el mes pasado a visitar Argentina, un viaje que podría tener lugar a finales de año incluyendo una etapa en Canarias, la audiencia con el Pontífice supone un espaldarazo tanto dentro como fuera de su nación. La conversación entre tuvo «aspectos sorprendentes», según explicó Francisco Sánchez, secretario de Culto en el Gobierno del país austral, quien destacó la larga duración de la cita y los gestos que ambos se dedicaron.
Que había llegado el deshielo en la relación ya quedó claro con el caluroso abrazo que se dieron el domingo al concluir la ceremonia de canonización Milei y el Papa, quien incluso se permitió hacerle una broma sobre su emblemática melena. «¿Te has cortado el pelo?», le dijo con una sonrisa Francisco, a lo que el presidente argentino le respondió: «No, pero me lo he arreglado».
Milei, que se vanagloria de tener «un 75% de sangre italiana» debido al origen de tres de sus abuelos, completó su ronda de encuentros en Roma con las reuniones que mantuvo con la jefa de Gobierno, Giorgia Meloni, y con el presidente de la República, Sergio Mattarella. También le dio tiempo a conceder una entrevista a un programa de televisión del canal Retequattro en la que volvió a incidir en su «profundo desprecio por el Estado», al que calificó de «enemigo» y que consideró «una asociación criminal».
También habló sobre el comunismo, tachándolo de «enfermedad mental y del alma» y explicó su cambio de posición frente al Papa. «Se evoluciona», se justificó primero, para presentar luego a Francisco como al «argentino más importante» por representar a una «institución muy importante», sobre todo para una nación como Argentina que cuenta con «muchas raíces católicas».
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