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Civiles son evacuados de la localidad de Oleshky, perteneciente a Jersón. Reuters
Jersón se prepara para la batalla «más dura»

Jersón se prepara para la batalla «más dura»

Ucrania admite que las fuertes lluvias han ralentizado su avance en la región, de la que han sido evacuadas ya más de 70.000 personas

T. nieva

Miércoles, 26 de octubre 2022, 19:29

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Más de 70.000 personas han sido evacuadas de Jersón en vísperas de lo que puede convertirse en la batalla «más dura» desde el comienzo de la invasión. Así lo definen las autoridades ucranianas, dispuestas a que sus tropas entablen un combate cuerpo a cuerpo con el Ejército ruso para recuperar un enclave estratégico e infligir al Kremlin una severa derrota, cuando menos psicológica. Se trataría en ese caso de la guerra urbana más importante desde la librada en los suburbios de Kiev durante su asedio de la pasada primavera.

Lejos de retirarse, como interpretó el Estado Mayor ucraniano cuando el gobierno regional prorruso ordenó la evacuación de Jersón hace unos días, el Kremlin ha enviado un refuerzo de 2.000 soldados a la ciudad y trasladado a sus oficiales a la orilla izquierda del Dnieper. De ese modo, utiliza el río como parapeto -al interponerlo entre la línea del frente y el centro de mando- y deja a su espalda la carretera hacia Crimea, «por si necesita una ruta rápida de retirada», según la Inteligencia occidental.

Las autoridades prorrusas confirmaron este miércoles que más de 70.000 civiles han cruzado ya el río para alejarse del escenario donde la confrontación ha escalado en intensidad en los últimos días. Según el ministro de Defensa ucraniano, Oleksi Reznikov, una de las razones del repliegue de los ocupantes radica en los problemas que sufren de abastecimiento después de que los ucranianos atacasen las rutas de suministro y el puente de entrada a la ciudad. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió hace unas semanas en Limán, en esta ocasión Moscú ha decidido no replegarse.

Negociación de paz

Todo parece indicar que la batalla no será inmediata. Reznikov reconoció que las fuertes lluvias de los últimos días han ralentizado la marcha de las tropas y los blindados ucranianos. El contingente «avanza paso a paso», aunque «un poco más lento» de lo previsto, y «seguirá haciéndolo» en los próximos días. Pese a las inclemencias meteorológicas, los dos ejércitos mantuvieron este miércoles varios combates en la línea del frente, en los que murieron una docena de civiles.

Dos de los enfrentamientos tuvieron lugar en las ciudades de Svatove y Kreinna, no muy lejos de la región de Jersón, aunque dentro del óblast de Lugansk. El Estado Mayor ruso explicó que unidades ucranianas compuestas por unas pocas decenas de soldados golpearon repetidamente sus posiciones, retirándose posteriormente, presumiblemente con la intención de poner a prueba sus defensas.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, garantizó este miércoles el apoyo de los aliados al Gobierno de Kiev ante la eventualidad de que se produzca una negociación con Rusia sobre el fin de la guerra. El objetivo sería que el Ejecutivo de Zelenski llegara fortalecido a la mesa de diálogo para lograr un resultado «aceptable». «La mayoría de las guerras terminan en la mesa de negociación. Y al mismo tiempo, sabemos que lo que Ucrania puede conseguir en esa mesa depende totalmente de su fuerza en el campo de batalla», señaló.

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