El aciago verano de Rachida Dati
La ministra de Cultura francesa es investigada por corrupción y se enfrenta a su partido, Los Republicanos, por designar al ex primer ministro Barnier como candidato a unos comicios en uno de los barrios más ricos de París
Enric Bonet
París
Domingo, 3 de agosto 2025, 19:40
Pocos integrantes del Gobierno francés habrán celebrado la llegada de las vacaciones estivales como Rachida Dati. La ministra de Cultura ha tenido un arranque del ... verano más que accidentado. Y eso que el próximo curso se augura decisivo para esta mediática dirigente, que aspira a arrebatar la alcaldía de París a la izquierda en las elecciones municipales de 2026. No lo tendrá nada fácil para hacer realidad ese objetivo.
La larga precampaña de los comicios en la capital, que se prevén ajustados, se ha visto agitada por dos malas noticias para Dati: la decisión de la Justicia de procesarla por un supuesto caso de corrupción y el más reciente conflicto que ha estallado entre la dirección de su partido (la derecha tradicional de Los Republicanos) y esta dirigente, tan polémica como carismática. Su formación comunicó hace unos días la investidura del ex primer ministro Michel Barnier, de 74 años, como candidato en una elección legislativa anticipada en una de las circunscripciones de París. Poco después de ese anuncio, la titular de Cultura reafirmó su voluntad de postularse para esa misma votación y enfrentarse al aspirante oficial de los conservadores.
La législative partielle dans la 2ᵉ circonscription de Paris est le combat d’un territoire que je sers depuis 15 ans et celui d’une capitale qu’il est temps de reconstruire avec ambition.
— Rachida Dati ن (@datirachida) July 29, 2025
Pour la première fois depuis 20 ans, la droite et le centre peuvent reprendre Paris. Avec… pic.twitter.com/nqXJsNSFfT
El Consejo Constitucional había invalidado a mediados de julio el escaño de Jean Laussucq, cercano a Dati y que se presentó en 2024 con los colores de Renacimiento, el partido del presidente galo, Emmanuel Macron. Esa decisión propició la organización de una votación anticipada para septiembre en la segunda circunscripción de París, situada en la zona de la Torre Eiffel, uno de los barrios más ricos de la capital. Ese tipo de convocatorias resultan habituales en Francia y normalmente cuentan con poca repercusión mediática. Pero en este caso se ha convertido en un folletín veraniego, debido al duelo entre Dati y Barnier, quien desea volver a la política nacional tras su breve paso como responsable del Ejecutivo el año pasado.
«Aún creo en ello –en un acuerdo entre esos dos pesos pesados del conservadurismo galo– y tenemos dos meses por delante para lograr la unidad de la derecha», afirmó el pasado viernes Annie Genevard, ministra de Agricultura y responsable de las investiduras en Los Republicanos, en declaraciones al diario francés 'Le Figaro'. La resolución de este conflicto interno no será fácil.
El pulso entre Dati y la dirección de su partido, presidido por el ministro del Interior, Bruno Retailleau, tiene como trasfondo las tensiones en la elaboración de las listas para las municipales parisinas. Además del riesgo de que la izquierda se aproveche de la dispersión del voto del centro y la derecha en una circunscripción históricamente conservadora, la titular de Cultura corre el peligro de perder apoyos dentro de su propia formación y entre sus aliados macronistas. Eso acentuaría su reputación de política conflictiva y poco dada al consenso.
Críticas a la Justicia
Su imagen también se ha visto maltrecha debido a su presunta implicación en un caso de corrupción en el que está implicada la compañía Renault. El 22 de julio, los magistrados anunciaron que procesarán a Dati y Carlos Ghosn, expresidente del grupo automovilístico. Acusan a la política, de 59 años, de haber cobrado 900.000 euros de la multinacional entre 2010 y 2012, cuando ejercía como eurodiputada y tenía prohibida cualquier actividad como lobista. Tras el anuncio de ese juicio, cuya fecha se conocerá a finales de septiembre y podría coincidir con la campaña de las municipales, la ministra de Cultura reaccionó con ataques airados contra la Justicia. «Me opongo a esos jueces que se niegan a hacer su trabajo según el código de procedimiento», dijo en el plató de la cadena LCI.
La política, que saltó a la primera línea con Sarkozy, tiena fama de conflictiva y poco dada a los acuerdos
La ferocidad de sus críticas generó tensiones en el seno del Ejecutivo, hasta el punto de que el primer ministro, François Bayrou, salió en defensa de la Justicia: «El hecho de respetarla es para todos nosotros un deber de Estado», dijo el veterano dirigente centrista. «Dati irrita a la izquierda, pero su caso también divide a la derecha, al Gobierno y el partido presidencial», recordó en un editorial 'Le Monde' hace unos días. «Hay un cierto espíritu trumpista en la manera en que lleva a cabo el combate político», concluyó uno de los principales diarios galos.
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