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Una de las fosa común para enterrar los cadáveres de la masacre de Bucha. AFP/Vídeo: Atlas

Conmoción internacional y amenaza de más sanciones contra el Kremlin

Occidente califica de «crímenes de guerra» las atrocidades en la ciudad ucraniana de Bucha y la UE evalúa este lunes una nueva tanda de medidas de castigo

S. Arroyo

Domingo, 3 de abril 2022, 19:38

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Imágenes apocalípticas que generan conmoción y rabia. Atrocidades que Europa no vivía en décadas. El reguero de cuerpos sin vida en las calles y las inhumaciones en fosas comunes de civiles en Bucha sacuden conciencias y han desencadenado una reacción internacional de condena en la que se exige verificar los «crímenes de guerra» cometidos por las tropas invasoras en su retirada de la región de Kiev. Rusia «responderá por sus crímenes», amenazó el presidente Emmanuel Macron, que la pasada semana mantenía otra frustrante conversación telefónica con Vladímir Putin.

El francés juzgó de «insoportables» la masacre. Y con él otros líderes europeos como el canciller alemán, Olaf Scholz, que exigía que organizaciones independientes como el Comité Internacional de la Cruz Roja tengan acceso a las regiones afectadas por esos excesos «para documentarlos minuciosamente». «Los culpables y quienes lo ordenaron deben rendir consecuentemente cuentas».

Su ministro de Finanzas, Christian Lindler, figura clave en la coalición de gobierno, dio el paso de convocar hoy a los aliados europeos «para ver como podemos endurecer aún más las sanciones contra Vladímir Putin». Sería el quinto paquete de castigo desde que se produjo la embestida rusa, el 24 de febrero. Y en esa línea trabajará en bloque. Todos los socios están de acuerdo en que esa será una de respuesta más o menos inmediata. Recrudecimiento de las sanciones en ciernes contra el Kremlin. «Horror, dolor e indignación ante las terribles imágenes que nos llegan desde la localidad ucraniana. Los crímenes de guerra que se están cometiendo no pueden quedar impunes», tuiteaba el presidente Pedro Sánchez.

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Todos los líderes europeos coincidieron en apoyar a Ucrania «para documentar los crímenes de guerra. Hay que juzgar todos los casos en el Tribunal Penal Internacional», emplazaba el Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell. En este sentido, la organización de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) solicitaba a los responsables locales una «exhumación profesional» en Bucha, precisamente para facilitar esa investigación. El asesor especial de la entidad, Fred Abrahams, dijo que siendo «comprensible» que «las familias y autoridades quieren volver a enterrarlos rápidamente» se «podrían destruir pruebas».

Desde Reino Unido, su primer ministro, Boris Johnson, calificaba «los despreciables ataques de Rusia contra civiles inocentes en Irpin y Bucha, a las afueras de Kiev» como «una prueba más de que Putin, y su Ejército están cometiendo crímenes de guerra». «Haré todo lo que esté a mi alcance para matar de hambre su máquina de guerra. Estamos intensificando nuestras sanciones y apoyo militar, además de reforzar nuestro paquete de apoyo humanitario», reflejó en un comunicado.

«Es una brutalidad contra civiles que no hemos visto en Europa desde hace décadas; es horrible y absolutamente inaceptable», expresaba a su vez el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la cadena de televisión norteamericana CNN.

«No puedes evitar ver estas imágenes como un puñetazo en el estómago», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense,_Antony Blinken, que advirtió que «ésta será la realidad cotidiana mientras continúe la brutalidad de Rusia sobre Ucrania», agregó. El secretario general de la ONU, un Antonio Guterres «profundamente impactado» pedía una «investigación independiente» para una «rendición de cuentas efectiva».

Misiles de rusos destruyen una refinería en Odesa

Misiles marítimos y terrestres de alta precisión destruyeron a primera hora de la mañana de este domingo una refinería y tres depósitos de combustible y lubricantes en una zona industrial de la estratégica ciudad de Odesa, el principal puerto de Ucrania en el mar Negro, según anunció el Ministerio de Defensa ruso en Moscú, que indicó que las instalaciones servían para suministrar combustible a las fuerzas ucranianas.

El ataque, que según diversas fuentes no causó víctimas, fue reconocido por un oficial del mando regional Sur de Ucrania, Vladislav Nazarov, quien señaló que «la región de Odesa forma parte de los objetivos prioritarios del enemigo, que continúa su práctica pérfida de atacar infraestructuras sensibles». Asimismo, Anton Herashchenko, asesor del ministro ucraniano del Interior, escribió en Telegram: «Odesa fue atacada por aire. Se observan incendios en ciertas zonas. Algunos de los misiles fueron derribados por la defensa aérea».

Toda la coste este de la península de Crimea, anexada por Rusia en 2014, hasta las regiones separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, están ocupadas por las fuerzas rusas, con excepción de algunas zonas de Mariúpol, donde se enfrentan a la resistencia del ejército ucraniano.

La de Odesa no fue la única refinería atacada por Rusia, que también lanzó varios misiles contra la de Kremenchuk, en la región de Poltava, situada en el centro de Ucrania

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