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Un caballeroso y entrañable ‘gofión’

Un caballeroso y entrañable ‘gofión’

Jueves, 16 de julio 2020, 09:30

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Tomás Orihuela Rodríguez, componente del grupo Los Gofiones y durante muchos años trabajador de La Caja de Canarias, falleció este domingo en Gran Canaria, a los 84 años de edad. La noticia de su fallecimiento ha causado gran consternación en el mundo musical y también entre quienes trabajaron con él en la citada entidad financiera fue delegado de Tamaraceite. En La Caja dejó una huella imborrable de profesionalidad y compañerismo, así como en su primera etapa como maestro. «Estuvo como maestro en varias islas. Cuando hemos ido a actuar, es muy habitual que en muchos pueblos se nos acercasen personas a preguntarnos por él, porque que guardaban un estupendo recuerdo de los tiempos en los que fueron sus alumnos», explica Víctor Batista, actual director musical de Los Gofiones. Desde muy joven formó parte de una coral estudiantil de su ciudad natal, Gáldar, llamada Orfeón Cardenal Cisneros, según señala la página web de Los Gofiones. Animado por la directora de esta agrupación, recibió clases de canto durante tres años en la academia de Lola de la Torre, participando en diferentes conciertos celebrados en el teatro Pérez Galdós de la capital grancanaria, y en el Círculo Medina, entre otros recintos. A mediados de los años sesenta fue invitado a formar parte de la entonces recién fundada y más tarde laureada Coral Polifónica de Las Palmas, donde permaneció un par de años. En febrero de 1991 se incorpora a Los Gofiones culminando así una vieja aspiración, que consistía en interpretar música folclórica canaria. La huella que deja Tomás Orihuela en esta formación musical es de las que perdura en el tiempo. «A nivel de grupo, siempre se caracterizó por tener un fantástico talante, así como por su elegancia, su educación y su sentido del humor», apunta Víctor Batista. El director de esta formación musical rememora una anécdota sobre la extrema educación que caracterizaba a este entrañable cantante. «Acudió a ver un partido de fútbol al Mini Estadi, en Barcelona. El público no paraba de gritar e insultar al árbitro. Pero él era incapaz. No iba con su forma de ser. Estuvo pensando y pensando hasta que encontró la palabra adecuada. Así se escuchó en el estadio el grito de: ¡babieca, babieca!», explica con respeto y admiración. Víctor Batista define a Tomás Orihuela como «un caballero, todo un gentleman». «Le gustaba la fiesta y tenía buen aguante para acompañar a los jóvenes y no tan jóvenes», añade. Su relación con el cantante galdense es muy antigua. «Mi madre es de Gáldar, como él. Tomás cantó en la boda de mis padres y yo canté en la boda de su primera hija. Por eso siempre bromeaba con que yo nací con los ecos de lo que cantó en la boda de mis padres», explica. La capilla ardiente con sus restos mortales quedó instalada en el tanatorio San Miguel, en la capital grancanaria, donde este lunes, a las 10.00 horas, se procederá a la incineración de sus restos mortales. Desde estas líneas, CANARIAS7 deja constancia expresa de su más sentido pésame y traslada sus condolencias a familiares y amigos, en especial a su viuda, Teresa García Ramos, y sus hijos, Teresa y Elena Orihuela. Descanse en paz.

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