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Reyes Martel: "La medida judicial ya puede ser un curso para cocineros"

Reyes Martel: "La medida judicial ya puede ser un curso para cocineros"

Antonio F. de la Gándara

Domingo, 30 de octubre 2016, 09:59

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¿Se puede redimir a un menor delincuente con un curso de bodysurf? ¿Cómo reacciona un joven violento cuando le ofrecen la posibilidad de convertirse en chef, cobrando un sueldo mientras se forma? La magistrada de menores Reyes Martel explica las claves del proyecto Up2U.

Recuerdo que la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor (Lorme), en 2001, evidenció que en Canarias no había nada preparado para dar una respuesta adecuada al fenómeno de la delincuencia juvenil. ¿Han cambiado las cosas? No estamos en la situación de 2001, pero tampoco hemos avanzado lo suficiente. El déficit de recursos para aplicar medidas educativas y en interés del menor es extraordinario. Explíquese. Por ejemplo, cuando yo llegué al Juzgado, en 2013, la lista de espera para aplicar medidas de libertad vigilada eran de seis meses. ¿Qué traducción tiene esto? Verá, hablamos de aplicar a un joven que ha cometido un delito un programa de intervención educativa, una actividad formativa o de ocio saludable, o un programa adecuado, si hay un problema de salud mental o de drogas... Si el menor tiene que esperar seis meses, la sensación de impunidad que le vas a crear es bestial, la idea que le queda es que aquí no va a pasar nada... Y, ¿qué hace durante esos seis meses? Cometer tres, cuatro o cinco delitos, quizás más graves. Si tiene un problema de drogas, dentro de seis meses será aún más grave, y si tenía un trastorno de conducta, ni le cuento... ¿Es un problema de voluntades o de presupuesto? Ambas cosas. Presupuesto por descontado, lo que te va a decir la Dirección General es que tenemos este déficit no sólo de recurso económicos para organizar los talleres para que estos chicos tengan formación, sino que incluso dentro de la propia estructura interna de la administración hay déficit. Pues si tenemos en cuenta que esto es o debería de ser una prioridad social, el Gobierno canario no hace sus deberes. Llevamos 15 años de Lorme. No han estado haciendo sus deberes. Ah, ¿van a empezar ahora? Mire, yo llegué en 2013, y al anterior director general no lo conocí, y mi compañera del otro juzgado tampoco. El actual director, Mauricio Roque, sí se ha sentado a hablar con nosotras... ¿Hay un proyecto, o estamos a ver cómo escapamos hoy y mañana ya se verá? Hasta el momento, ellos estaban intentando hacer su labor y nosotros la nuestra, y ese era el problema. O sea, a ver cómo escapamos. ... ese era el problema, nos estábamos peleando unos y otros... Vale, tras 15 años sin hablarnos, ¿a pelearnos? Es un avance. Hemos ido más allá. Tanto es así que, al ver que estábamos en un callejón sin salida, con esto de los presupuestos cerrados y las muchas deudas que se arrastraban, dijimos: ¿Por qué no nos sentamos a hablar? Bueno, pues hacemos un foro. ¿Qué foro? El foro internacional que se va a celebrar los días 20, 21 y 22 de noviembre en el Alfredo Kraus, con la participación de todos los implicados en el ámbito de menores: jueces, fiscales, educadores, psicólogos, gente de la sanidad, médicos... un foro multidisciplinar. Eso me recuerda a una frase que se atribuye a Napoleón: «Si quieres que un problema no se arregle, nombra una comisión». Pues mire, precisamente llegamos a la conclusión de que, cuando termináramos el foro, estaríamos en el mismo problema. ¿Qué hizo, entonces? Comencé a asesorarme. Le dije al director general, Mauricio, déjame mirar a mi alrededor, acudí a gente que me hizo ver que los menores son responsabilidad de todos, porque son nuestro futuro, no sólo del gobierno de Canarias que también. Empezamos a pensar en canalizar la responsabilidad social corporativa de las empresas, la fundaciones que hacen talleres o actividades para menores en riesgo de exclusión. «La carrera solidaria de no se qué... Me plantearon, ¿todo esto no te parece a tí que es una fuga de recursos ¿Por qué no canaliza ustedes esos recursos?» Y ahí es donde nace Up2U [alfanumérico de Up to you, depende de tí]. ¿Qué hace Up2U? Canaliza recursos ante la falta de fondos públicos destinados a menores en riesgo. Por ejemplo, se va a realizar un taller de fútbol, un taller de basket playa y un taller de bodysurf durante todo el año. ¿Quiénes van a ser los beneficiarios? Pues chicos seleccionados por la Dirección General de Protección al Menor, chicos que están cumpliendo medidas judiciales no privativas de libertad y chicos y chicas de protección que no tienen porque haber cometido ningún delito, declarados en desamparo. Van a formar parte de esos talleres junto a otros chicos normales y corrientes de familias estructuradas, precisamente para normalizar e integrar. Ya tenemos firmado un convenio, por ejemplo, con el Herbalife Gran Canaria. Y, ¿dónde entran en juego ustedes, los jueces y fiscales? ¿Cómo se reconvierten estos talleres en medidas judiciales, como sustituyen estos talleres a lo que los legos conocemos como condenas, para entendernos? Cuando la Dirección General selecciona a esos chicos, nos los remite al juzgado, que es quien lleva el control de la ejecución, en el caso de que estén cumpliendo medidas judiciales. Fiscalía emite su informe y, si se considera adecuada la medida para el chico, se le mete en le programa. Y la medida, lo que usted dice la condena, se puede convertir en, por ejemplo, un taller deportivo de tantas horas de duración, dos veces a la semana durante un año. ¿Han pensando en algo que pueda dar una salida profesional a estos chicos? Sí: hay unos contratos que denominan «para la formación y aprendizaje», que ya existían, pero se van a usar de la siguiente manera: Up2U ha logrado sentar en la misma mesa al director general del Menor, al director general de Empleo, a Hecansa y una serie de empresas colaboradoras de restauración y hostelería. ¿Para qué? Para un curso de cocina. ¿De qué tipo? Son módulos formativos de seis en seis meses, van obteniendo niveles. Desde el nivel 0 no saber freir un huevo hasta el superior, que puede llegar hasta tres años. Hay una fase teórica de un mes en Hecansa, homologada, y los otros cinco meses de cada nivel, en prácticas de empresa, en el restaurante equis o en el hotel equis. Y además, cuando el chico entra en prácticas, estaría cobrando como prácticas de empresa, y la empresa tendría bonificada al 100% la seguridad social del chico y la formación de sus propios empleados, pues a ese jefe de cocina tendrán que formarlo para enseñar, y esa formación estará también bonificada. Muy escandinavo todo, ¿no? Es una herramienta mágica. Tú a un chico de estos sin horizonte le planteas que puede obtener una certificación para trabajar, y le explicas que además de trabajar va a estar cobrando sí, poquito, pero que va a tener dinero para cogerse una habitación con baño y comer todos los días y para ellos es una panacea. Y, si después le dices que si sigue trabajando y avanzando en los módulos obtiene cualificación profesional y la empresa se puede quedar con él, y entonces ya puede que en vez de habitación con baño sea un pequeño apartamento y, por qué no, una moto, el chico se da palmadas en la cara porque cree que está soñando. Bueno, pues esto que le digo es una realidad, esas becas ya están articuladas. ¿Quién maneja las perras? Eso, evidentemente, podría generar muchas suspicacias, y precisamente, para garantizar la transparencia, hemos acudido a la Fundación Universitaria de Las Palmas (FULP). Absolutamente ninguna de las personas implicadas en el proyecto va a tocar un euro. Toda la gestión económica la va a llevar la FULP. ¿La Lorme da manga para hacer todo esto? Sí, dentro de unos limites legales marcados por el tipo de delito, más o menos grave. Lo que intentamos es reeducar al menor, estamos hablando de chicos no formados, con los que intentas que lleguen a adultos sin que sean un problema para la sociedad y para sí mismos. La sociedad es responsable del menor, no lo olvide, y además, después de las últimas reformas legislativas en 2015 hubo dos, la 8/2015 y la 27/2015 el interés superior del menor está por encima de todo, con lo cual es responsabilidad no sólo de los que lo tenemos por competencia, sino de la sociedad en general. Ese es el mensaje que intenta transmitir Up2U: Que no haya un joven que cumpla los 18 años sin que no haya tenido todas las herramientas a su alcance para superar las dificultades, y que el día de mañana no tenga un problema gordísimo como adulto. ¿Cuál es su universo, cuántos menores serían susceptibles de entrar en el programa? En Canarias, hoy por hoy, hay unos 1600 chicos y chicas en protección, y 1000 sometidos a medidas judiciales.

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