Peregrinación contra el viento

La peregrinación de la Peña se hizo ayer al golpito, cuando cada uno pudo y tuvo ganas. El traje tradicional canario de los caminantes se ha quedado relegado frente a las nuevas modas de camisetas fosforecentes deportivas y mallas. Menos solajera y más viento que el año pasado, pero igual respeto por la tradición.

A la Peña se va en peregrinación por el norte de Fuerteventura pasando por Tefía. Allí confluyen los caminantes de Lajares, Tindaya, Corralejo y otros pueblos. Aunque el día se levantó y persistió ventoso, los peregrinos cumplieron con la Virgen, en su mayoría por tradición frente a la devoción mariana. Hubo que esperar hasta mediodía para ver pasar el primer grupo ataviado con ropa tradicional. El resto de peregrinos optó mayoritariamente por las camisetas de colores fosforecentes que proclamaban el pueblo del norte desde donde habían partido por la mañana, como Sogeros pa’la Peña (que es el nombrete de los vecinos de Tindaya). José Andrés Hernández, Fernando y Juan Fernando Gil y Alberto Uriarte cruzaron por Montaña Quemada con el fajín, los cachuchos negros y hasta el chaleco tradicional canario. «O se va vestido de peregrino, o no se va». José Andrés es la segunda vez que cruza la Bocaina para la peregrinación de la Peña, después de haber cumplido la semana pasada con la de los Dolores. Alberto es un bilbaíno que repite por tercer año consecutivo. Fernando y Juan Fernando son los únicos majoreros del grupo. Salieron a las 9.30 horas de La Oliva y pensaban recorrer los 40 kilómetros hasta el santuario de Vega de Río Palmas haciendo varias escalas: un tentempié en el molino de Tefía, algo más en el bar de los Llanos de la Concepción, otra paradita más en el Valle de Santa Inés y sobre las 22.00 horas pensaban llegar. «Lo principal es llegar y contentos. La Virgen no se va a ir. Tampoco nos interesa la romería de la tarde». El grupo vasco-lanzaroteño-majorero destacó también por ser el más crítico con la organización de las fiestas patronales de la isla. «Se ha metido la política por medio. Las fiestas buenas eran las de antes, cuando llegabas a la Vega y había feria de ganado, lucha y otros actos».