Nada por aquí, nada por allá
Definitivamente, la UD ha entrado en colapso. Ni fútbol, ni goles, ni victorias. Tampoco le quedan recursos. Al menos así lo aparenta porque lleva ofreciendo pésimas señales de vida desde hace varias semanas. Le mantiene la herencia de los buenos tiempos. Menos es nada.
Se desconoce a qué juega la UD, ahora que el se aproxima el desenlace y todo parece más cerca que nunca. Lo lógico sería tener ya un modelo definido, la idea mimetizada, cabeza y piernas en coordinación. Ocurre todo lo contrario. Sea vértigo o incapacidad, lo cierto es que Las Palmas se planta en las jornadas decisivas sin identidad ni cuajo, temblorosa en cada escenario que pisa, con una querencia abusiva a depender del rival a la hora de activarse. Si en Huesca bordeó el ridículo y sólo Thievy ejerció de salvapatrias, ayer, frente a un Recreativo ordenado y poco más, la UD volvió a quedar retratada. Nulo en iniciativas, con ratos auténticamente espantosos, en el equipo no hay quien pida la pelota para distinguirse. Carreras sin norte, centros al bulto, regates inocuos. Y cuando algo puede pasar, que es excepción, falla el foco. Remates que antes entraban, ahora se pierden en el barullo, postes, porteros... Sergio Lobera, hombre de retos y cintura, no termina de dar con el remedio. Rota con Momo y Chrisantus, adelanta a Nauzet, libera a Vitolo, pone a Tato por detrás de Thievy. No hay manera. Se especula con que falta frescura. Incluso se aventura de que no están jugando algunos de los que deberían hacerlo. Sea como fuere, lo que queda es una puesta en escena tan discreta como temeraria que, de momento, no se cobra peaje clasificatorio. Pero, así, se va a pocos sitios. En eso si hay unanimidad. Impotencia en el césped, murmullos en la grada.
Quitando los zapatazos a la madera de Nauzet (8’) y de Chuli (24’), la primera mitad resultó desértica en su testamento futbolístico. En la UD esto es un síntoma: ya ni juntando a Nauzert, Vitolo, Momo y Thievy funciona la correa. Y a poco que el adversario mantenga el orden y achique con decencia, como así sucedió en el caso del Recreativo, las imprecisiones se convierten en norma. Le costó a Las Palmas una enormidad enganchar dos pases, profundizar y canalizar su talento. Nada por un lado, nada por el otro. El Recreativo, siempre entero, cortó los abastecimientos a Tato y Thievy, que se vieron obligados a la autogestión. Aún así, el primero se las arregló para forzar un penalti de Ruymán que se tragó el árbitro. Y el francés, que siempre está aunque no lo parezca, también se acomodóy a punto estuvo de hacer alguna diablura. Fueron anécdotas en medio de un páramo,con Barbosa, David García o Murillo asumiendo la responsabilidad de lanzar hacia arriba al resto. Con resultado nefasto, como era de esperar.
A balón parado, con el guante de Nauzet, la UD rozó el gol. Su rosca fue perfecta, con la altura y potencia exactas para salvar la barrera y la estirada de Cabrero, pero el poste evitó lo que ya todos celebraban. Fue un engaño porque ni al calor de ese amago caminó Las Palmas. Antes y después, atasco monumental, combinaciones planas, perspectiva horizontal.
El Recreativo, que llegó a verlas venir y se lo acabó creyendo, también tuvo la suya. Porque Chuli estampó un buen disparo desde la frontal en la cruceta. Fue la respuesta a la intentona de Nauzet. Una especie de reivindicación, de que también ellos estaban allí por si nadie se había percatado. Pero no, no era el día. Nauzet y Chuli no sacudieron al resto y, tras esta sucesión de postes, regresó el tedio, se instauró de nuevo la espesura. Tras el descanso Lobera buscó colmillo con Chrisantus. Luego, arte con David González. Nunca mezclaron bien y a la UD no hubo quien la levantara de una tarde de negaciones. Lo único mencionable del segundo acto fue un mano a mano de Chrisantus con Cabrero que éste, ágil, acertó a resolver, tras rápida salida con el cuerpo. Quizás hubiese sido justo. Quizás no.
Especulaciones al margen, la UD deja muchas dudas y reaviva la tendencia tremendista que ha hecho propia en las últimas temporadas. No hay paz completa. Ahora que se encaminaba la clasificación para optar al ascenso, un par de resultados malos y, lo que es peor, la constatación de que se ha extinguido el fútbol, colocan a la UD de nuevo en el disparadero. Si antes ya se reclamaba un paso al frente, ese gesto de valentía se hace imperativo. Acción y reacción ya. El próximo sábado, para ser más exactos.
Ficha técnica:
0. UD Las Palmas: Barbosa; Pignol, David García, Murillo, Dani Castellano; Momo (Vicente Gómez, min. 87), Hernán (David González, min. 64), Nauzet Alemán, Vitolo; Tato (Chrisantus, min. 46) y Thievy.
0. Recreativo de Huelva: Cabrero; Cifu, Zamora, Ruymán, Fernando Vega; Dimas; Arana (Alexander, min. 67), Matamala, Montoro, Chuli (Diego Riolfo, min. 90+4); y Berrocal (Marco Navas, min. 87).
Árbitro: Francisco Manuel Arias López (Comité Cántabro). Mostró tarjeta amarilla a los jugadores locales Vitolo, Dani Castellano, Barbosa y David García, y a los visitantes Cifu, Dimas, Zamora y Chuli. Expulsó al entrenador del Recreativo, Sergi Barjuán (min. 90+2), por protestar.
Incidencias: partido de la trigésima novena jornada de la Liga Adelante disputado hoy en el Estadio de Gran Canaria ante 11.050 espectadores. Hizo el saque de honor el niño de cinco años Alejandro Rodríguez, ejemplo de juego limpio al poner paz durante un reciente partido de prebenjamines entre el árbitro y un técnico.