El día 6 se cumplen cuatro años de la extraña desaparición de Antonio Quesada y Ana María Artiles, un matrimonio de octogenarios de Guanarteme. Como ellos, en Gran Canaria han desaparecido 35 personas en los últimos años sin dejar rastro. Este domingo sus familias han convocado una marcha «para que no se olviden».
Este matrimonio, Yéremi Vargas o Sara Morales son algunas de las personas más conocidas que han desaparecido en los últimos tiempos y de las que no se sabe nada. No obstante, durante los últimos años se han registrado en la Isla 35 desapariciones en extrañas circunstancias de personas de las que no se tiene ninguna pista.
Lo último que se conoce acerca del matrimonio vecino de Guanarteme es que fueron vistos por última vez cuando salían de una churrería del barrio en compañía «de un señor alto, con canas y con sombrero». 1460 días después, los hijos de Antonio y Ana María se siguen preguntando el porqué de su desaparición y reclaman que la investigación prosiga para esclarecer el caso. «Cada vez mella más, nunca pensamos en vernos en esta situación, pero tenemos mucha paciencia y fe en que todo se resuelva», relata Miriam Quesada.
Día tras día, la agonía continúa. «Puedes vivir si te cortan un brazo, si te cortan dos, si te quitan un ojo pero así, ¿cómo vives? No tener respuestas es duro, pero es lo que hay y con eso tenemos que vivir», añade la hija del matrimonio, que afirma que desde que sus padres desaparecieron no conocen pistas sobre suparadero, ni las hipótesis que se barajan porque la investigación está bajo secreto de sumario. «Lo único que nos dice la Policía es que tengamos fe en su trabajo», añade.
Por desgracia, la única certeza que tiene esta familia es que Antonio y Ana María murieron al poco tiempo de desaparecer. «Tenemos la esperanza de que el caso se resuelva pero de que aparezcan vivos hace mucho tiempo que no», dice Quesada, que explica que su padre era trasplantado renal. «Sabemos por su nefrólogo que sin su medicación aguantaría, como máximo, diez días», una convicción que también tiene la Policía, apunta.
35 desaparecidos. Como esta familia de Gran Canaria, hay otras 34 que no saben nada de sus seres queridos. Es el caso de Antonio García, cuyo hijo, Antonio Luis García, desapareció el 10 de marzo de 2010 en Mesa y López. Este padre, que sobrevive como puede a la desaparición, asegura que se siente abandonado en la lucha y reclama que ninguna de las personas desaparecidas caigan en el olvido. «Pido que se siga buscando porque no se los ha tragado la tierra», relata el García, quien, en su caso, tiene la convicción de que la desaparición de Antonio está relacionada con una secta o con el tráfico de órganos.