Los vampiros ya no arrasan
La literatura infantil y juvenil, que hasta el año pasado hacía que las cifras del sector editorial fuesen positivas, está sufriendo un cambio de tendencia. Sin grandes sagas que seguir ni personajes tan potentes como Harry Potter, las ventas en 2010 cayeron un 8,9%. Un muy mal dato en estos tiempos de crisis generalizada. Ni vampiros, ni aprendices de mago, ni caperucitas rojas... los jóvenes lectores y sus padres están dejando de comprar libros, o por lo menos eso se desprende del Anuario del libro infantil y juvenil 2011, editado por SM, como cada año, con motivo del Día de la Literatura Infantil, celebrado el pasado 2 de abril. El estudio de la editorial especializada en literatura para menores hace un detallado repaso sobre la situación del sector, y los datos no son muy halagüeños. Hasta el momento la literatura para niños y jóvenes suponía el 10% del total de la industria editorial. Muchos consideraban ya a este subgénero el «motor» del sector, pues en los últimos años sus ventas habían experimentado un crecimiento espectacular (más del 11%). Pero, quizás producto de la crisis económica o de la falta de libros potentes y cargados de marketing, en 2010 las ventas se desplomaron un 8,9%. Y va a más.
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