Las plataformas impiden el sueño del cono sur
El fondeo de tres plataformas petrolíferas en las cercanías del barrio marinero de San Cristóbal se ha convertido en una realidad que quita el sueño al Cono Sur. Desde hace una semana, el ruido procedente de las embarcaciones impide dormir a vecinos de este barrio, pero también de Zárate, Hoya de La Plata o Casablanca I.
Los afectados por el ruido que llega de las plataformas aseguran que es una especie de rumor continuo e inagotable que impide conciliar el sueño. «Es una retumbadera, todo el día y toda la noche», lamenta el presidente de la cooperativa de pescadores de San Cristóbal, Yeyo Saavedra, «parece el grupo electrógeno de las plataformas».
Son tres las naves fondeadas allí. Pero hasta hace poco tiempo, los ruidos no se habían hecho notar. «Como hacía mal tiempo con viento, no se escuchaba mucho pero ahora que está en calma esto es un suplicio», abunda el pescador. Desde la asociación de vecinos Nuestra Señora del Buen Viaje, también de San Cristóbal, su presidente, Santiago Méndez, aseguró que «es como un motor continuo, como una turbina y puntualmente se oyen golpes».
«Entendemos que el Puerto necesita ampliar la zona de fondeo pero podría alejarse un poco de la costa», añadió. Desde la Autoridad Portuaria, el presidente del Puerto de La Luz y de Las Palmas, Salvador Capella, aseguró que hasta el momento sólo se tiene constancia de una queja de una vecina que fue atendida ayer mismo, cuando se produjo la llamada telefónica. En todo caso, explicó que la reacción no se hará esperar. «Vamos a ver quién produce el ruido, lo mediremos y actuaremos en consecuencia», indicó.
«Intentaremos hacerlo lo antes posible porque los ruidos nocturnos son molestos», añadió Capella, quien informó que la plataforma que lleva más tiempo fondeada en la zona llegó al puerto hace un mes aproximadamente. El ruido no se limita a San Cristóbal. En Zárate, en un noveno piso, vive Paola Gil, quien también se queja de los ruidos. «Es un murmullo constante», explicaba ayer, «mi marido bajó a pasear a San Cristóbal y me dijo que el paseo vibraba».
