Las piezas de la gobernabilidad
Antes, en tiempos de José María Aznar o de José Luis Rodríguez Zapatero, lo habitual era que durante la mayoría simple del PP o del PSOE se negociara con los grupos nacionalistas de turno (catalanes, vascos y canarios) a cambio de contraprestaciones autonómicas o una mejora de la financiación. Ahora, dada la aritmética parlamentaria arrojada por el 26J, todo puede depender de tan solo un escaño como el que ostenta CC por Santa Cruz de Tenerife o NC por Las Palmas. Paradojas del destino que los dos modelos de nacionalismo canario sean imprescindibles para aquel que aspire a La Moncloa. Todo cambia, y más en política justo en una etapa histórica acelerada tanto en términos nacionales como europeos tras el punto de inflexión que supone, a todas luces, el brexit como serio precedente de la no irreversibilidad del proyecto comunitario. ¿Habrá disputas internas en Podemos? Después del varapalo recibido en cuanto a las expectativas electorales que tenían, la formación de Pablo Iglesias debe repensar qué hacer ahora que se esfumó un posible Gabinete de izquierdas tras el 20D y ni siquiera logró superar al PSOE. ¿Tantas tiranteces parlamentarias para llegar a esto? Es el periplo eterno de la fragmentación de la izquierda, nunca acaba como fatídico relato. Un devenir que Iglesias e Íñigo Errejón (que ha reconocido que no eran los resultados que esperaban) conocen sobradamente porque son personas leídas y ahora precisamente son actores principales de dicho escenario. Por cierto: ¿Y ahora IU cómo sostiene su apuesta con ir con Podemos? ¿Por un puñado de escaños le ha merecido la pena a Alberto Garzón? Eso sí, en la derecha tendrá Aznar que recular sus clásicas críticas que de cuando en cuando lanzaba a Mariano Rajoy a modo de oráculo de las esencias del centroderecha. Rajoy ha recuperado su fortaleza interna y también para reclamar un nuevo Ejecutivo que él encabece. Incluso, Ciudadanos tendrá que tragar con la idea aunque Albert Rivera está en una situación delicada si quiere que su partido exista todavía a medio plazo. El centroderecha seguirá siendo el PP en exclusiva y Rajoy no tendrá competidor salvo los nacionalismos de corte conservador de siempre en el País Vasco y Cataluña; ambas comunidades autónomas de las denominadas históricas donde el PP nunca despunta. Pero los populares siguen siendo mal que bien el partido con mejor implementación territorial. Y de ahí el aumento de diputados tan celebrado en el balcón de Génova. Serán las semanas estas de Rajoy donde intentará cerrar de una vez la enorme inestabilidad política nacional que hemos vivido en el último tiempo.