Las ciudades de luz de la mexicana María Espinoza
EFE
Sábado, 23 de julio 2016, 14:19
Aunque su recurso para invocar la buena suerte es el trabajo, la mexicana María Espinoza, doble medallista olímpica de taekwondo, muestra una sonrisa pícara si le recuerdan que los próximos Juegos Olímpicos serán en Río de Janeiro. "Es una ciudad que siempre me cobija. En Río me ha ido bien y me siento motivada para buscar en ese lugar mi tercera medalla olímpica el 20 de agosto", asegura Espinoza en entrevista a Efe. Se trata de la mejor deportista mexicana de la historia, la única en conquistar todos los títulos posibles en su deporte, que quiere a la ciudad carioca como a un amor primero porque fue en ella donde inició su leyenda internacional. "Allí gané el oro del Panamericano Juvenil de 2003 y regresé en el 2007 para conquistar el título de los Juegos Panamericanos", cuenta la líder del ránking mundial de más de 67 kilos. A los 28 años María es una mujer con desapego por el pasado, que solo mira sus medallas cuando se las entregan y no cuelga en las paredes de su casa las fotos de sus momentos de triunfos, sin embargo considera humano sentir cariño por ciertas ciudades en las que sus alegrías fueron casi maternas. "Río es de las favoritas, allí empezó todo, pero en Pekín me hice campeona mundial en el 2007 y un año después gané el oro olímpico. También recuerdo con felicidad a la española Alicante, donde me salen bien las cosas, y me gustan todas las sedes de Estados Unidos, un país en el que he ganado muchas medallas", dice. Sin embargo, la ciudad símbolo para María en el presente ciclo olímpico está en México. En el ambiente caribeño de Veracruz derrotó a finales de 2014 a la campeona mundial cubana Glenhis Hernández y tomó un segundo aire en su carrera luego de haber sido eliminada en los Campeonatos Mundiales de Puebla en 2013. "En el puerto inicié un regreso. Al ganar la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe sentí que podía con el ciclo olímpico y me regresó la confianza". Las peleadoras olímpicas de más de 67 kilos ven un peligro en la rival mexicana porque después de ganar bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, vino de abajo hacia arriba y esperó al último momento para saltar al primer lugar de la lista mundial. En los meses recientes Espinoza mejoró su forma en combates contra hombres, algunos con buen taekwondo en sus piernas como el entrenador Óscar Salazar, subcampeón olímpico de Atenas 2004, quien se mantiene en buen estado físico y usa su fuerza para sacar lo mejor de la peleadora originaria del estado de Sinaloa. María comenzó hoy un entrenamiento en el balneario de Cancún, donde trabajará en condiciones de calor y humedad parecidas a las que se encontrará en Río el tercer domingo del próximo mes de agosto cuando debutará a mitad de la mañana ante la filipina Alora Eline, subcampeona de Asia. "Esa pelea me la tomaré en serio porque en Juegos no hay oponente débil. En cuartos de final una posible rival será la dominicana Katherine Rodríguez, campeona panamericana de este año, y si la derroto, en semifinal tal vez iré contra la medallista mundial estadounidense Jackie Galloway, otra rival complicada", reconoce. La última vez que fue feliz en Río de Janeiro, María le ganó la final en punto de oro a la brasileña Natalia Silva. Desde entonces su cuerpo sufrió golpes, pero adquirió experiencia y aprendió a hacer ejercicios de visualización en los que se ve como campeona. "Es algo que después de tanto tiempo sale automático", confiesa, aunque se reserva los detalles de la experiencia espiritual en la que se observa a sí misma como campeona de los Juegos Olímpicos y vuelve a agradecer a Río de Janeiro, una de sus ciudades de luz más queridas.