La tarea titánica del Grantecan
Jueves, 21 de febrero 2008, 11:26
Tiene una ingente tarea por delante en la labor de despejar incógnitas de la existencia. El Gran Telescopio de Canarias, en los 50 años que se le calcula que estará en funcionamiento, será usado por unos 40.000 astrónomos para realizar más de 20.000 programas de investigación, según los responsables del instrumento que operará en El Roque.
A mediados del 2007 abrió su titánico ojo cósmico. Ahora se prepara para echar a andar en la competitiva carrera de la exploración del universo. El Gran Telescopio de Canarias (Grantecan o GTC), tras la primera luz realizada en julio del pasado año, ultima detalles para producir ciencia a partir del segundo semestre de 2008, según informaron ayer los responsables del colosal instrumento de observación estelar que escrutará la bóveda celeste desde el complejo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) situado en El Roque de Los Muchachos de la villa de Garafía.
El director científico del Grantecan, José Miguel Rodríguez Espinosa, explicó que los numerosos ajustes para afinar la sofisticada estructura óptica del mayor telescopio del mundo en su rango se llevan a cabo según el calendario fijado, aunque, reconoció, «siempre surge alguna cosilla» que se va solventando sin complicaciones.
A final del presente mes, anunció, «comenzarán las pruebas de apuntado y seguimiento» de la poderosa lente sustentada en un espejo primario segmentado de 10,4 metros de diámetro y 17 toneladas de peso. Cada una de sus 36 piezas vitrocerámicas de forma hexagonal componen un impresionante mosaico donde se reflejará la luz de los cuerpos que flotan en el infinito.
Rotación.
Un programa informático «muy avanzado», explicó José Miguel Rodríguez, controlará de forma automática, con minuciosa precisión, «los ejes principales del telescopio» de manera que compensará «el movimiento de rotación de la Tierra» para que no se produzca ninguna variación cuando se contempla un astro en el firmamento. «Con esto se consigue que los objetos celestes permanezcan quietos en el campo de visión», concluyó.
Casi 40 metros de altura.
La cúpula del Grantecan, ubicada en una parcela de 5.000 metros cuadrados de las cumbres del municipio de Garafía y a una altitud de 2.400 metros sobre el nivel del mar, tiene forma de casquete esférico, un diámetro de 34 metros y una altura máxima de unos 40 metros, equivalente a un edificio de 13 alturas. Dispone de 16 grandes ventanas móviles de ventilación. Los 36 segmentos del espejo primario están pulidos con «un límite de error de 15 nanómetros, una medida 3.000 veces más fina que la del cabello humano». También cuenta con un espejo secundario y otro terciario. Enviarán la luz estelar a los focos.
Clave para el desarrollo futuro de telescopios.
El Grantecan contribuirá decididamente al desarrollo de los futuros telescopios; es decir, será un referente en la construcción de las próximas ventanas al universo de la comunidad internacional. La expectativa de los 50 años de vida útil que se le vaticinan al Grantecan dependerá, expuso José Miguel Rodríguez Espinosa, de si dentro de 40 años continúa siendo competitivo. De todas formas, ese tiempo en astronomía da para mucho. «Serán años clave, además, para el diseño y puesta en marcha de la próxima generación de ojos que la humanidad tiene previsto abrir al universo, que incluye desde telescopios con espejo de decenas de metros de diámetro, hasta detectores de un tipo de radiación nunca captada hasta ahora», subrayó otra fuente del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). «Con ellos», añadió, «visitaremos regiones y conoceremos facetas del cosmos que, hasta entonces, habrán permanecido ocultas».
El espejo primario del Grantecan cuenta ya con 24 de sus 36 segmentos acoplados y, en breve, se empezarán a probar algunas fases de su sistema de control. La montura del telescopio soporta más de 400 toneladas de peso.
