La momia se queda en Madrid
Desde el martes, el remodelado Museo Arqueológico Nacional tiene nueva inquilina, la momia guanche que desde hace un cuarto de siglo ha estado reclamando el Cabildo de Tenerife. Su traslado desde el Museo de Antropología fue todo un acontecimiento y la constatación de que no volverá a Tenerife.
El discurso político oficial del Cabildo de Tenerife se mantiene en los mismos términos de los últimos 25 años, pero la consejera insular de Patrimonio, Amaya Conde, ya reconoce que será muy difícil que la momia guanche que desde el martes se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) vuelva ya a la Isla.
La reclamación histórica de la momia que hasta principios de semana malvivía junto a cráneos deformados, osamentas de simios y hasta el esqueleto del Gigante de Extremadura en la sala de posesiones coloniales españolas del Museo Nacional de Antropología de Madrid se remonta al año 1976, aunque no fue hasta los años noventa cuando se reactivó para reiterarse sistemáticamente hasta hace unos meses. «Y seguimos sin renunciar a traerla», decía ayer la consejera socialista ante el silencio del Cabildo de Tenerife y de los dirigentes de Coalición Canaria (CC), los abanderados de la reagrupación de momias guanches.
En el traslado de la momia al MAN participaron dos técnicos del Museo Arqueológico de Tenerife, entre ellos su director, Conrado Rodríguez, que también admite que es «complicado» que retorne a la Isla, primero, dice, por el «gran valor de la momia», la mejor conservada de cuantas se conocen y, segundo, porque el Museo Arqueológico Nacional «no la soltará». El catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna (ULL) Antonio Tejera Gaspar está convencido de que la pieza, que llegó a Madrid en el siglo XVIII no se va a enajenar y menos ahora que se exhibe «en un lugar excepcional y de paso obligatorio para todos los visitantes», destaca.
La momia guanche, vaticina Tejera Gaspar, va camino de convertirse «en la estrella» del MAN pese a que hace apenas ocho meses, cuando reabrió sus puertas, ni siquiera reservaba un espacio dedicado a Canarias. No fue hasta que el Cabildo de Gran Canaria reclamó por escrito al Ministerio de Cultura que solventara el olvido y verbalmente la corporación tinerfeña que no se acondicionó una sala dedicada a la arqueología canaria.