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Paco Pardo (EFE)
Viernes, 17 de julio 2020, 11:17
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Bellas y gallardas, como dos palmeras de su barrio de Añaza, en Santa Cruz de Tenerife, las dos hermanas veinteañeras piensan repetir triunfo en la península, donde sacarán su disco el 25 de marzo, y en abril desembarcarán en Estados Unidos y Latinoamérica con un lanzamiento inicial de 150.000 ejemplares. Si repiten el éxito logrado en su volcánica tierra, las K-Narias pueden convertirse, gracias al caribe de sus voces y cuerpos, en nuevas estrellas de la canción, ya que sus temas y sus ritmos son tan pegadizos que se contagian de boca en boca, de cadera en cadera, y los cantan y bailan "desde las niñas de dos años hasta sus abuelas", cuenta Gara en una entrevista con Efe. También el mensaje de sus canciones es muy diferente a las letras calientes, machistas o violentas que marcan el típico reggaeton, el ritmo nacido en los 90 en Puerto Rico y Panamá, mezcla del 'reggae' jamaicano y el 'rap' puertorriqueño, y en el que pocas mujeres se han atrevido a cantar hasta ahora. Las voces de Gara y Loida Hernández Rubio, de 21 años, y su tema principal "No te vistas que no vas", se escuchan a cada instante en Canarias, sobre todo en las calles al paso de los coches que atronan al vecindario con sus altavoces; pero también en la radio y la televisión, en los bares y discotecas, y en los descansos de los partidos de baloncesto del Gran Canaria. Decidieron hacer reggaeton porque "era lo que mejor pegaba" con su "forma de ser" y "es diferente a todo lo demás", afirma Loida. Las K-Narias conjugan bien el estilo con su feminidad porque su reggaeton, dicen, no "es igual" al escuchado hasta ahora. "Puede haber reggaeton que la gente diga que es machista y crea violencia, y reggaeton muy diferente", asegura Loida. "Lo que nosotras hacemos es un reggaeton comercial que habla del amor y del desamor", afirma Gara. "Nuestras canciones quieren decir los que nos pasa en el día a día; lo que me pasa a mí y te puede pasar a ti". Tampoco sus letras son tan lúbricas como las que acostumbra el género. "En nuestro disco hay un par de canciones que tienen la sensualidad, pero sin pasarse", dice Gara. Sin "llegar al extremo", añade Loida. Gara y Loida fueron descubiertas por casualidad, pero detrás de su baile y su voz hay ya unos pocos años de formación artística. "Desde muy pequeñitas siempre nos ha gustado el baile y el canto", explica a Efe Loida. "A los cinco años, nuestro padre nos metió en la Escuela de Danza de Tenerife y después hacíamos coreografías para la escuela, el instituto... hasta que a los 16 años empezamos a trabajar profesionalmente en el espectáculo". Lo hicieron de coristas para orquestas de música latina y fueron bailarinas de los artistas "que venían de fuera", explica Gara, como Carlos Baute y Paulina Rubio. Su oportunidad les vino cuando actuaban de bailarinas en 2004 en el festival Reggaetuning que se celebró en Santa Cruz de Tenerife, en el que participó uno de sus ídolos, el puertorriqueño Don Omar. Fueron precisamente los productores del cantante caribeño los que se fijaron en ellas. "Ahí bailando se enteraron de que cantábamos y nos hicieron una prueba en Madrid y les gustamos", refiere Gara. Después se las llevaron a Puerto Rico y grabaron su primer trabajo. Desde que salió en Canarias "40 entre las dos", a finales de noviembre, han arrasado en las listas de venta: 35.000 discos vendidos; muy por delante de artistas consagrados. Confiesan su gusto por el reggaeton desde que llegó esta música a Canarias, al igual que en el resto de España, en cuyas discotecas no ha dejado de sonar desde hace dos veranos canciones como el "Dale don Dale" y "Papi Chulo te traigo..el ummm". Gara y Loida se sienten orgullosas de poder llevar el nombre de Canarias fuera del archipiélago; a buen seguro, van a cimbrearlo por donde quieran que actúen con más éxito que cualquier bienintencionada iniciativa para la publicidad de las islas. La primera impresión que dan las dos gemelas es que son unas jóvenes "muy buenas" (dicen), e incluso tímidas (sonríen), pero luego "nos transformamos" en los escenarios (advierten), y a buen seguro que descubren buena parte de su potencial. Suelen decir que las canarias son guapas, y en ellas se cumple el dicho. Con el color tostado de su piel, sus ojos de caramelo y las trencitas adornando su cabeza, llaman la atención cuando salen a la calle; las piropean admiradores y extraños. "Y ahora mucho más", confiesa Loida.
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