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Jaime Azpilicueta: «Cuando algo se atasca, me echo a temblar»

Martes, 17 de enero 2012, 21:23

El vasco dirige ‘Sonrisas y lágrimas’ que estará en la cartelera del teatro Pérez Galdós hasta el 29 de enero. En esta entrevista, el veterano de la escena española desgrana algunos detalles de su trabajo.

¿La Sonrisas y lágrimas que se puede ver en el Teatro Pérez Galdós sigue las pautas marcadas de cuando se estrenó en Broadway en 1959? Desde la primera cortina hasta el último color, todo es producción propia. No es una franquicia como puede ser El fantasma de la ópera, Chicago o muchas otras. Esto es una producción española, totalmente, cien por cien.

Para convertirse en el mayor musical que ha girado por España, supongo que entonces habrá sido costosísimo. No sé mucho de números. Pero me cuentan que el musical más grande que había girado hasta ahora por España llevaba cuatro traílers de estos gigantescos. Este musical lleva siete. Y según escuché a los productores los gastos ya han rebasado los tres millones de euros.

¿Y cómo está funcionando en taquilla en estos tiempos difíciles? Muy bien. He visto tres funciones en el Pérez Galdós y las tres estaban prácticamente llenas, aunque el teatro no es muy grande.

En cuanto a la escenografía, de los 22 escenarios que tiene el espectáculo, ¿cuál es el más complejo? ¿El del salón de la casa? Ese es el más complejo, pero no en sí mismo, sino las maniobras para pasar del salón a otro escenario. La transición es muy dura porque se cambian cuatro elementos de grandes dimensiones y todo el fondo. El suelo cambia, los fondos cambian, cosa que no es muy frecuente en un musical. El suelo es césped cuando hay un exterior o parqué cuando es en la mansión. En fin, es muy compliado. Cuando algo se atasca, me echo a temblar. Es muy difícil. Cada día hay que dedicar dos horas de repaso general porque hay que comprobar cada uno de los mecanismos. Aquí no se utilizan motores, todos los diseños para esta escenografía están inventados expresamente para este espectáculo.

¿Entonces, usted es casi un ingeniero? Yo no los diseño. Yo digo lo que quiero y me lo hacen. Digo: necesito que vuele un elefante, y hay gente especializada en eso que hace que vuele. Desafortunadamente no sé hacer eso. Hay un equipo muy fuerte de gente muy competente.

La experiencia que tiene usted le ayudará. Es un grado. Sin embargo, cuando empiezo algo lo paso mal, porque cada vez que hago un nuevo espectáculo es como si partiera de cero. Cada proyecto tiene unas dificultades únicas.

¿Cuál es su próximo reto? El domingo (por el 15 de enero) vuelvo a Madrid porque empiezo el lunes con el casting de la segunda producción de My fair lady con Paloma San Basilio, con la que, probablemente, vendremos al Teatro Pérez Galdós en julio. Pero, aunque ya la hice hace diez años, pues seguro que me voy a encontrar otros problemas distintos. Siempre estás empezando de cero.

Pero no puede negar su experiencia, sobre todo después de haber tenido la oportunidad de trabajar con Gregory Peck, Lana Turner, Jerry Lewis o Vittorio Gasman.... Esos trabajos lo que te dejan, sobre todo, son buenos recuerdos.

¿Alguno especialmente grato? Posiblemente de mi trabajo con Bette Davis. Fui el último director que trabajó con ella y una de las últimas personas que cenó con ella, éramos un grupo de seis o siete, que cenamos con ella. Murió a los diez días. Ella estaba muy mal. Los periodistas en Los Ángeles le preguntaron: ¿cómo es que usted va a hacer un viaje tan largo? y ella dijo: Para demostrar que sigo viva.

¿Qué trabajo fue? Le monté una presentación en el Festival de San Sebastián en una gala y, al día siguiente, una entrega de premios. Y me hizo caso en todo; me dejó elegir vestido, poner las luces, decirle cómo tenía que moverse, agarrada a un mueble, claro. Le dije que mirara un foco blanco, que saliera fumando y que echara el humo hacia arriba....

Pues es raro que Bette Davis le hiciera caso, sobre todo a su avanzada edad. Bueno, luego discutimos también, al día siguiente.

EL MAESTRO DE LA GALA TINERFEÑA. Desde 1987, Azpilicueta ha dirigido muchas galas del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Confiesa que alguna vez han contactado con él para ofrecerle dirigir la de la capital grancanaria, pero «nunca ha habido una oferta firme». Le encantaría asumir la gala del Carnaval de Canarias. «Pero ustedes tienen un director maravilloso, Israel Reyes, que ha mejorado el espectáculo y le ha dado la vuelta», dice sobre su colega. Este año no va a asumir este trabajo. «No podré hasta dentro de 2 ó 3 años», cuenta el virtual hijo adoptivo de la capital tinerfeña, un título que reclamó para el vasco el diario El Día.

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