Gumy Gym, el templo de las artes marciales
Profesorado de primer nivel, un completísimo programa de artes marciales, con jiu jitsu brasileño y hap kido al frente, y un ambiente idóneo para aprender y perfeccionar técnicas. La oferta del Gumi Gym, enclavado cerca de la capitalina calle de Mesa y López, reúne todos los atractivos para usuarios e interesados.
Más de cien personas dan vida a diario a este centro especializado en los deportes de contacto que lleva cuatro años con sus puertas abiertas. En su amplio alumnado hay nombres relevantes, como Roberto Carlos Ramón, tercero en el Nacional de jiu jitsu brasileño celebrado en marzo en Madrid, o Rebeca Bueno, oro en el mismo certamen en féminas. Ambos, instruidos por Thiago Martins, son el orgullo de sus compañeros, entre los que ya asoma algún prospecto más que interesante con vistas al futuro.
De niños de cinco años a gente ya en edad madura. Y como cabezas visibles del proyecto, Michel Gotera, una eminencia en el gremio, Alberto Diote, otro maestro avanzado, o Enrique Morales, que bebió directamente del coreano Kim Sung Kun, figura reverencial del hap kido, y es pionero en Canarias de esta disciplina. «Enrique es una garantía para todos por la sabiduría y conocimientos que reúne. Un auténtico privilegio en todos los sentidos», coinciden los miembros del gimnasio, encantados por evolucionar con figuras acreditadas y volcadas en la docencia.
La familia del Gumi Gym está regida por el dogma sagrado del compañerismo y el respeto, así como el fomento de las buenas prácticas tanto dentro como fuera del tatami. La defensa personal es una de las actividades más demandadas aunque siguen de moda otras más tradicionales como el muay thay o el kick boxing. «Podemos presumir de que el gimnasio funciona como siempre hemos querido. Nosotros ponemos trabajo e implicación, y los alumnos, interés y ganas de mejorar», asegura Michel Gotera, promotor de todas las actividades que se ofertan y que han granjeado al establecimiento excelente fama entre los usuarios. De hecho ha corrido la voz y cada vez son más los interesados que se acercan al Gumi Gym, donde el trasiego es constante desde primera hora de la mañana y hasta el cierre de sus puertas. Por algo será.
El grado de satisfacción de los aprendices salta a la vista. Las clases prácticas y consignas teóricas están aderazadas por un excelente ambiente por parte de los presentes, quienes no dudan en invitar a los interesados en que se sumen a este centro el templo de las artes marciales en el que todos son recibidos con los brazos abiertos y la hospitalidad propia de sus especialidades. Aseguran que el que prueba ya no se va.