"Estuve un mes durmiendo entre Fernando y María José"
Antonio F. de la Gándara
Martes, 24 de julio 2012, 13:32
El testimonio más desenfadado que hasta ahora se ha escuchado en el juicio del kárate ha partido del testigo 41, un joven espontáneo y sin relación alguna con las artes marciales que, según relató este martes, entró en la dinámica sexual de la playa de Vargas cuando Fernando Torres Baena se fijó en él mientras se entrenaba como futbolista en un clinic en las instalaciones del colegio Felo Monzón. El sensei (maestro karateca) rondaba por allí porque el seminario estaba organizado por su hermano.
El futbolista expuso que fue "camelado" por la mujer de Torres Baena y coprocesada en el sumario María José González, que un día en el clinic se duchó con él, le besó, le hizo toqueteos y le dijo, según aseguró, que "ya practicaríamos".
Agregó que unos días después María José le propuso ir a "dar un paseo" hasta Vargas. "Me fui encantado por estar con ella, Fernando venía con nosotros, y en Vargas perdí la virginidad con María José en la habitación, mientras Fernando esperaba fuera, plenamente consciente de lo que pasaba", refirió.
"Normalmente eso se hace en 10 minutos, pero como era mi primera vez y María José tuvo paciencia y buena voluntad, estuvimos cerca de media hora y Fernando se enojó", testificó.
Dijo que después Fernando le propuso irse a vivir con ellos al chalé de playa de Vargas prometiéndole que le iba a entrenar personalmente para que fuera un gran futbolista. Relató que le contó a sus padres que iba a entrenar y aseguró que con su permiso pero sin que conocieran los detalles estuvo un mes viviendo en Vargas y durmiendo todas las noches en la cama marital de la pareja con los dos, "muchas veces en el medio".
Expuso que mantuvo relaciones sexuales con ambos. Matizó que a él le gustaba hacerlo con María José, pero Fernando le exigía que tambien hiciese el amor con él "ya que, me decía, me estaba prestando a su mujer".
El joven manifestó que con el tiempo se había dado cuenta de que Torres no sólo lo había llevado a Vargas para entrenarle, sino también para abusar de él "un poquillo, ¿no?".
Expuso que al mes de dormir entre la pareja y dado que estaba rindiendo poco como futbolista lo echaron de la cama y apareció por allí Ivonne González, con la que tuvo sexo "pero menos".
Recapituló que cuando abandonó aquel ambiente y volvió "al pueblo" tenía tal desorden psicológico y confusión en el ámbito sexual que no era capaz de mantener relaciones sentimentales normales, y que si conocía a una chica no quería perder el tiempo en prolegómenos y exigía inmediatamente el sexo. "Tuve que resetearme", admtiió.
Reconoció a preguntas del tribunal que verdaderamente se había ido a vivir a Vargas porque quería acostarse con María José y, en segundo plano, entrenar al fútbol. "No puedo decir que aquelo no me gustará", confesó, "pero también era consciente de que no estaba bien"
De otro lado, también admitió que María José le había reconocido que para Fernando no era tan importante que él mejorara en el fútbol como que "comprendiera su modo de vida".