Enhamed: "La montaña te reta constantemente"
Horas después de coronar la cima del Meru. ¿Qué destaca de su primera experiencia en la montaña? Después de bajar del Meru envié un mensaje diciendo que no volvería a subir a una montaña en mi vida después de hacer el Kilimanjaro, que es el verdadero reto de este viaje. Hoy me volvieron a preguntar si repetiría la experiencia y cuando iba a decir que no, en mayúscula y entre exclamaciones, dudé. Lo que puedo decir de la ascensión del Meru es que ha sido de las experiencias más duras de mi vida. Me he acostumbrado a entrenar muy fuerte, he vivido situaciones muy complicadas en mi vida como deportista profesional, pero lo del Meru casi se hizo infinito. Por encima de la satisfacción que supuso llegar a la cima, es haberlo conseguido en equipo. ¿Qué pensó al conseguir tocar la cima? Lo primero que se me vino a la cabeza fue toda la gente que me había ayudado a llegar hasta allí, los que me habían guiado a los extremos de la barra. Realmente si esa gente no hubiese llegado a la cima, cada paso fue gracias a los otros miembros de la expedición Ralons Gran Canaria. ¿Ha cambiado su concepto de la montaña? La montaña la tenía un poco idealizada, luchar contra la naturaleza. Ha cambiado mi perspectiva del alpinismo, porque la montaña es inconstante e imprevisible. Te pone a prueba, es como si te retase constantemente a dar un paso más. ¿Pensó en abandonar? Hubo un momento para ser sincero que estaba bastante mal. Estaba muy cansado y me empezaban a fallar las piernas. Llevaba muchas horas y estaba bastante harto de darle patadas a las piedras. Entonces me plantee dos cosas: por un lado aislarme y concentrarme en lo que estaba haciendo, por lo que no interactúas con el entorno, algo que no podía hacerlo. Y por otro, que es lo que me quedaba, seguir adelante sin desfallecer. Pero no es mi forma de competir, llegué a cansarme de escucharme y me dije cómo puedes ser tan quejica. Volví a sentir sensaciones extremas cuando no podía dar una brazada más porque me estaba literalmente muriendo con más de 180 pulsaciones, o cuando vomité en el Ironman, pero sabía que tenía que seguir. ¿Pasó miedo? No, porque soy bastante inconsciente. Hubo un momento en el que estaba atravesando una pared muy vertical y tenía al guía a mi derecha diciéndome ten cuidado, ten cuidado que te puedes caer; pero ahí más que miedo era respeto. El único miedo que tuve era el dejar tirada a la gente que me ha apoyado en este proyecto. 9 medallas olímpicas, muchos otros logros internacionales, un Ironman. ¿Son logros comparables a este reto? No, no tiene nada que ver. Tanto las medallas como el Ironman sabía que podía conseguirlos, porque trabajo para ello. Pero en la montaña no sabía a lo que me atenía. Tras sufrir subiendo el Meru, ¿Cómo afronta el reto del Kilimanjaro que comienza hoy? La verdad es que el Kili lo afrontado con cierto respeto por la altura que tiene. Pero ahora estoy más tranquilo después de la exigente experiencia del Meru. Sé que tengo que cambiar mi actitud en la montaña con respecto al trabajo con todos.