En busca del último rey aborigen
Fernando Guanarteme volverá a Gran Canaria. El Gobierno de Canarias ha encargado un estudio para determinar si los restos del último rey aborigen de la Isla están en la ermita de San Cristóbal, en La Laguna, como dice la tradición. Si están allí, se exhumarán y se llevarán a Gran Canaria. El Obispado no se opone al traslado.
De la vida de don Fernando Guanarteme -«con el don delante, porque fernandos guanartemes hay más», dice el arqueólogo Jorge Onrubia- se tienen pocos datos documentados fiables, sobre todo de la última etapa, «que es la que interesa para localizar sus restos». Onrubia y el también arqueólogo Juan Francisco Navarro están enfrascados en la recopilación de toda la documentación que haya en torno a la figura del último rey aborigen de Gran Canaria y de cualquier legajo o pista que los lleve hasta el lugar donde están sus restos. La historiografía local los sitúa en la ermita de San Cristóbal, en La Laguna, pero «hay que confirmarlo para poder avanzar», dice Onrubia. El avance al que se refiere el arqueólogo es un proyecto de mayor enjundia que lidera la Dirección General de Patrimonio Histórico de Canarias y que, «si se logran localizar los restos», lleva aparejada «la exhumación, la identificación y, si resultara positiva, el traslado de don Fernando Guanarteme a Gran Canaria, como históricamente demanda la Isla», confirmaba ayer Miguel Clavijo, responsable de este departamento.
Clavijo está a la espera del estudio histórico-arqueológico de Onrubia y Navarro y, por tanto, de contar con todas las evidencias históricas, antropológicas y arqueológicas para dar el siguiente paso, que será explorar el subsuelo de la ermita, pero sin excavar. Lo harán, explica, con georadares y cámaras térmicas, una tecnología similar a la que se empleó para dar con los restos de Cervantes.
Este «desafío de envergadura», como lo califica Jorge Onrubia, necesita de un colaborador necesario, el Obispado Nivariense, propietario de la ermita de San Cristóbal. Y, por primera vez, se muestra colaborador. El responsable de Patrimonio de la institución, Miguel Ángel Navarro, asegura que «no hay obstrucción por parte del Obispado», pero sí que antes de autorizar cualquier intervención «necesita de certezas» o, por lo menos, de «un mínimo de seguridad» de que los restos están allí. También pide el Obispado que los trabajos tengan un tiempo definido de actuación y que, a su término, «la ermita quede como está».
