El Puertito de la Cruz, en Jandía: ¿un pueblo subvencionado?
El Puertito de la Cruz, en la punta de Jandía, quiere dejar de ser un pueblo subvencionado. Desde hace diez años, el Ayuntamiento de Pájara paga el agua y la luz de los vecinos, incluidos los caravanistas y campistas hasta el pasado 20 de marzo. El Consistorio adeuda 199.520 euros a Canaragua por el gasoil del motor del 2012.
En el Puertito de la Cruz, en la punta de Jandía, termina la Isla por el sur y empiezan los problemas de servicios para el Ayuntamiento de Pájara. Desde hace un decenio, el Consistorio paga el agua y la luz a los vecinos y, hasta el pasado 20 de marzo, al medio centenar de caravanas y casetas que han crecido en hilera paralelas al pueblo. Nueva Canarias (NC) denuncia que solo la factura del gasoil del 2012 asciende a 199.520 euros, «porque sobre la deuda del agua nadie nos informa ni sabe nada». El pago de estos dos servicios esenciales por las arcas municipales no es el único problema por resolver en el Puertito: las caravanas y casetas se multiplican sin control. Alejandro Jorge, concejal de NC, apunta a la legalización del camping, «porque está claro que hace falta una infraestructura de este tipo en el sur, pero siempre si fuera posible su legalización dentro del Parque Natural y siguiendo unas normas rígidas sobre servicios, vertidos de aguas fecales y en general condiciones de instalación». Los dos problemas, camping regularizado y servicios de agua y luz subvencionados se solaparon hasta el pasado 20 de marzo, cuando el Ayuntamiento de Pájara avisó de que las caravanas no podían seguir enganchadas a ambos servicios. Para entender la situación de este pueblo de la punta de Jandía hay que empezar por el principio. La entidad poblacional más importante situada dentro del Parque Natural de Jandía se fundó como refugio de pescadores que fue creciendo paulatinamente pero sin servicios por su lejanía de Morro Jable. En abril de 1994, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), dependiente del Ministerio de Ciencias e Innovación, pone en marcha con el Gobierno canario, Cabildo y Ayuntamiento, un proyecto eólico-diesel del que apenas queda el testigo mudo del molino de viento abandonado. El proyecto, que pretendía abastecer de agua desalada y luz a la pequeña población, pronto cayó en desuso. En 2001, el Instituto Tecnológica de Canarias (ITC) intenta retomarlo aprovechando la infraestructura existente y ante las condiciones de aislamiento del Puertito. En 2003, según las cuentas de NC, el Ayuntamiento comienza a pagar luz y agua. Alejandro Jorge, de NC, se hace eco de la opinión generalizada de los vecinos y campistas de la punta y asegura que «ambos quieren pagar la factura de la luz y el agua que consumen, faltaría más, porque entienden que no se puede endosar a todos los vecinos del municipios».