El CAAM se llena de arte comprometido y mexicano
Dos de las figuras más relevantes y comprometidas del arte actual mexicano, Guillermo Gómez-Peña y Teresa Serrano, exponen su trabajo en el Centro Atlántico de Arte Moderno. A sus propuestas se suman la de los canarios Raquel Ponce y Gregorio Viera.
Hasta el próximo 7 de octubre, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) se consagra al arte más comprometido y político de México con sendas exposiciones dedicadas a Guillermo Gómez-Peña (México D.F., 1955) y Teresa Serrano (México D.F., 1936).
El sótano y la planta baja ofrecen un recorrido por los múltiples terrenos por los que ha transitado el performer Gómez-Peña; desde programas radiofónicos, a libros, objetos o fotografías llevadas al terciopelo por artesanos de Tijuana o, al lienzo por «los maquiladores del arte, los chinos», según explica su comisario, el canario Orlando Britto.
En Homo Fronterizus: 1492-2020, el poeta, lingüista, teórico del arte, periodista, activista cultural, performer y escritor entre otras cosas emplea a fondo su humor para transitar por las racistas y tensas líneas fronterizas jugando con roles, creencias y símbolos del poder.
ARTE FEMINISTA. En la segunda planta, Teresa Serrano ofrece en Albur de amor una necesaria reflexión sobre el mundo femenino y las relaciones humanas de dominación a través de sus vídeos y fotografías. Así, en una serie de imágenes en blanco, la artista ofrece una sutil pero contundente visión sobre la pederastia.
Más duras y estremecedoras son las obras en las que aborda la violencia de género. Es el caso de La Piñata (2003), un vídeo performativo en el que denuncia los asesinatos y desapariciones que sufren las mujeres de Ciudad Juárez.
El tercer piso lo ocupan los creadores canarios Gregorio Viera y Raquel Ponce. El primero explora en la percepción y en el valor de los objetos a través de un mural donde los elementos materiales cobran vida e interactúan con imágenes proyectadas, adoptando cualidades casi mágicas.
Ponce, por su lado, descubre a través de varios vídeos el proceso de trabajo de su obra, otorgando todo el protagonismo a la parte más invisible de su pieza.
Las tres exposiciones han costado del orden de 150.000 euros, según el director del CAAM.