El Anfiteatro. Chávez protege a etarras

Aunque el Gobierno español asegura no tener todavía constancia oficial de los hechos, las noticias que llegan de Caracas arrojan pocas dudas: el Gobierno de Venezuela -que reconoce la presencia en su territorio desde los años ochenta de miembros de ETA, a los que califica de "ciudadanos vascos y vascas"- se ha comprometido a conceder la nacionalidad venezolana a cuatro presuntos etarras residentes en dicho país como forma de evitar su extradición a España, y ha pactado el pago de una indemnización por más de 325.000 euros a los miembros de ETA Sebastián Etxaniz Alkorta y Juan Víctor Galarza Mendiola como compensación por haberlos entregado a la justicia española en 2002. Así figura en el pacto alcanzado entre Caracas y los abogados de los dos últimos etarras, que presentaron una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pero el acuerdo no se limita a los dos denunciantes, sino que extiende su protección a otros etarras: el Gobierno de Chávez agrega que varios de estos "asilados políticos" adquirieron la nacionalidad venezolana y, a continuación, ofrece la concesión de la nacionalidad a cuatro etarras que todavía no la tienen. La actitud del populista y ex golpista Chávez no puede ser más inamistosa con nuestro país. Sería absurdo que nuestra diplomacia no reaccionara airadamente.

ANTONIO PAPELL

Primeras nieves

Por fin llegan las primeras nieves, para tranquilidad de los territorios y las empresas que explotan el negocio invernal ligado al frío, a los deportes de temporada, que constituyen en muchas comarcas españolas el fundamento principal de su actividad económica. De inmediato, los ecologistas de ocasión han salido a afirmar que este retraso -el mayor `en treinta años! según los meteorólogos- es consecuencia del 'cambio climático', que estaría a punto de achicharrarnos en unas pocas décadas Lo cierto es que el clima es cíclico y que no hay que hacer tanta memoria para encontrar el envés de este año; hace dos inviernos, sin ir más lejos, vivimos una condición meteorológica heladora, que casi no tenía precedentes en las series históricas. Por fortuna, las grandes decisiones sobre la lucha contra el cambio climático no están en manos de los demagogos que se cuelgan a cualquier causa original para 'épater le bourgeois'. En cualquier caso, la normalidad se ha restaurado y los amantes del esquí -a uno y otro lado del negocio- podrán resarcirse de la inactividad. Lo que quizá no tenga ya remedio es la caída de la demanda de prendas de invierno, que no es reversible, y que tendrá que hallar salida en unas rebajas sin precedentes en cuanto llegue la cuesta de enero.

Marcha atrás eléctrica

Industria había avanzado, quizá a modo de globo sonda, que en su propuesta tarifaria a la Comisión Nacional de la Energía, que deberá ser aprobada en el último consejo de ministros del año, incluiría una subida media del precio de la electricidad del 10%, con una repercusión especial para los grandes consumidores industriales (hasta un 15%). Pero a alguien en el Ejecutivo se le ha ocurrido que semejante disparate podría tener un precio muy alto en las ya casi inminentes elecciones autonómicas y municipales, por lo que el portavoz del Gobierno, Fernando Moraleda,ha salido de apagafuegos, a negar una subida tan exorbitante: el incremento para los consumidores domésticos podría rondar la inflación. Lo cierto es que Industria no tiene cerrado aún su borrador de Real Decreto de Tarifas Eléctricas para 2007, según fuentes del ministerio. Si es eso cierto, la filtración ha sido detestable; y, en cualquier caso, esta clase de errores, que revelan descoordinación e insensibilidad al tiempo, se pagan muy caros en política.

Batasuna y las reglas del juego

El pasado domingo, el portavoz de Batasuna, Otegi, manifestó que su organización "está deseando hacer política como los demás", pero es manifiesto que la izquierda radical no podrá cumplir su deseo si antes no da el paso decisivo de su legalización, que requiere una serie de condiciones claramente enumeradas por la vigente ley de Partidos. En otras palabras, debería perder Batasuna toda esperanza -y así debería hacérselo saber el Gobierno- de que en esta ocasión, en las elecciones municipales de mayo, sea posible urdir otra estratagema como la del Partido Comunista de las Tierras Vascas, que se coló de rondón en la Cámara de Vitoria. Después de la traición de Batasuna a los esperanzadores postulados de Anoeta, ya sólo cabe la renuncia a la violencia, que para ser creíble habría de unirse a una declaración de tregua definitiva e irreversible por parte de ETA. La fiscalía del Estado tiene obligación de volcarse para impedir que Batasuna concurra mediante una 'lista blanca' a las elecciones; así se lo exige en este caso el Partido Popular, con toda la razón, en nombre de la mayor parte de la ciudadanía. De una vez por todas, ha de quedar constancia de que la democracia no va a cometer más la candidez de otorgar instrumentos y recursos a quienes tratarán de destruirla desde dentro.