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Cerebro contra músculo

Una de las últimas noche de diciembre del año pasado varios jugadores del Barcelona y el Joventut se reunieron a cenar en un restaurante de la Ciudad Condal. Pocos días antes, el Barça había claudicado en el Centro Insular de Deportes, con Marcelinho Huertas absolutamente desquiciado con la defensa que le había realizado Tomás Bellas. En aquella cena, Huertas dejaba ver que todavía no se le había pasado el monumental enfado.

Domingo, 26 de mayo 2013, 22:39

Bellas es uno de los defensores más prestigiosos de la ACB. Y, tal vez, de los más odiados por los rivales. Ayer quedó atestiguado en una nueva edición de su rivalidad con Omar Cook, base del Baskonia, con el que ya hay antecedentes en el historial de agrios desencuentros. Cook, antiguo director de juego en Valencia, ya había mostrado sus malas artes con el capitán del Gran Canaria; igual que ayer, cuando le lanzó el codo de forma barriobajera o cuando le tiró al suelo cayendo sobre él de forma agresiva.

Bellas, al que se le agota su contrato con la causa claretiana, no se arrugó. El madrileño elevó sus intenciones con el tercer partido de la serie en la cabeza. «No le gusta que le presiones. Que, entre comillas, le falten al respeto, porque es un tío veterano que ha jugado a un grandísimo nivel. Pero lo que tiene que quedarle claro es que yo le voy a presionar hasta que se canse», indicó.

El ruido de sables sobre la pista era estimable. Bellas y Cook se fajaron, con claro éxito para el cerebro madrileño, refinado ayer en la dirección. «Ha tenido una acción que no me ha gustado absolutamente nada. Me tiró un codazo y casi me da y le he dicho a los árbitros que después la miraran. Cuando pierde los papeles se la va la cabeza. Pero yo voy a seguir tocándole los cojones y es lo que hay. Yo soy Tomás Bellas y yo soy así», aseveró.

Con una afrenta pendiente entre ambos, Tomás Bellas defiende su estilo de juego y no cree que este esté fuera de reglamento; no así el de su rival: «No soy un jugador sucio. Soy un jugador que aprieta en toda la pista, que es lo que no le gusta que le hagan a un base. Yo lo soy, y no me gusta que me presionen. Todo lo que no me gusta que me hagan a mí se lo hago a los demás. Pero no como Cook, yo lo hago sin levantar los codos ni intentar reventarle a nadie la cabeza. Pero no me importa donde me quiera dar. Me levantaré igual», expresó.

Tomás Bellas falló dos tiros libres en un momento determinante del partido. Un hecho que no mancha su gran aportación del encuentro, con 15 puntos y 4 asistencias. «Me he cagado al final, soy un cagón, con dos tiros libres que debería haber metido al final. Pero me voy contento con la actuación individual».

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