«Canarias no ha estado a la altura de Saramago»
Fernando Gómez Aguilera aparcó su vertiente de director de actividades de la Fundación César Manrique, comisario de exposiciones y poeta para dar paso a un cartógrafo y topógrafo. Gracias a un trabajo de investigación exhaustivo ha delineado un detallado y brillante mapa de la vida de José Saramago, único Premio Nobel de Literatura en lengua portuguesa, que falleció, a los 87 años, el pasado viernes, 18 de junio, en el municipio lanzaroteño de Tías.
La consistencia de los sueños (Fundación César Manrique) es una biografía «hetedoroxa», en palabras del propio Gómez Aguilera. «Las biografías suelen ser un relato de una vida, pero en el caso de Saramago hemos apostado por un planteamiento diferente. Frente a una figura parecida a la de un pintor que realiza un retrato de un personaje pública, en La consistencia de los sueños hemos apostado por un trabajo propio de un topógrafo y un cartógrafo, que detecta los principales valles, montañas y acontencimientos relevantes de la existencia del biografiado y los plasma de una forma pulcra y objetiva», asegura su autor.
El origen de esta biografía cronológica se encuentra en la exposición del mismo título de 2007, que llevó a cabo la Fundación César Manrique sobre la vida y la obra del autor de Ensayo sobre la ceguera, que se expuso en Lanzarote, Lisboa y Sao Paulo. «Desde que comenzamos a tener acceso a todo su archivo personal, que con una generosidad extrema nos puso a nuestra disposición Saramago y Pilar del Río, donde encontramos muchísimo material inédito, incluso de las décadas menos conocidas de José, donde se desconocía si escribía o no, tuvimos claro que se podía llevar a cabo esta publicación», rememora Fernando Gómez Aguilera en su despacho de la Fundación César Manrique.
El formato elegido para la publicación tiene su origen en un propósito primigenio. «Partimos de una actitud de distanciamiento, donde los propios acontecimientos explicaran su vida. Por tanto, apostamos por reproducir todo tipo de documentos y declaraciones públicas del propio escritor que sirven como explicación a los acontecimientos más destacados de su trayectoria vital y profesional. Los hechos se califican desde la propia visión de su autor. No lo digo yo, autor de la biografía, sino el propio José Saramago», asegura Gómez Aguilera.
Esta biografía cronológica, cuya primera edición ha sido ya distribuida por la Fundación César Manrique y que contará con futuras reediciones de la mano de la editorial Alfaguara, tiene como principales destinatarios a los lectores y seguidores de la obra literaria del autor de Memorial del convento. «Aspiramos a que los seguidores de su literatura descubran aspectos significativos del escritor al que tanto admiran. Que puedan entender las circunstancias en las que nacieron sus principales libros y tengan conocimiento de la evolución del pensamiento de Saramago», explica el responsable de La consistencia de los sueños.
Y es que esta biografía cronológica traza un mapa de la vida de Saramago vital para sacar muchas conclusiones sobre la obra y la «vertiginosa» vida del universal autor luso, que residió durante dos décadas en Lanzarote y que viajó por medio planeta para exponer unas ideas «que le interesaban a millones de personas».
Si sobre el papel Gómez Aguilera se muestra frío y distante, con el objetivo de que cada lector saque sus propias conclusiones sobre la vida y obra del escritor natural de Azinhaga, cuando se le cuestiona en una entrevista sobre el autor de La caverna, sus apreciaciones son tan claras como lúcidas. Una valoración confirmada. Esta entrevista se llevó a cabo el pasado jueves, 17 de junio, un día antes de que Saramago falleciera. Y ya Fernando Gómez Aguilera aclaraba algo que, con la muerte del escritor portugués se ha confirmado a nivel institucional. «Canarias no ha sabido estar a la altura de José Saramago. Siempre ha sido un personaje incómodo para las administraciones, porque ha intervenido y dado su opinión en los temas de actualidad en los que él consideraba necesaria su participación. Y esto no ha sido agradable para muchos», avanza. La fría y tétrica actuación del Gobierno de Canarias y de la gran mayoría de las instituciones del Archipiélago tras el fallecimiento del autor de Alzado del suelo, lo confirmaron apenas 24 horas después.
Y es que Gómez Aguilera destaca que Saramago siempre tuvo claro que «la obra de arte y la literatura no son una justificación para eximirse de las responsabilidades propias de un ciudadano». Explica que una de sus máximas era que a donde iba el escritor también va el ciudadano, siempre con una «actitud máxima de compromiso». Y esta implicación con su tiempo parte de una palabra básica para entender su pensamiento, según el autor de su biografía, que no es otra que decir que «no». «Él repetía que la palabra más importante que existe es no. Sobre éste sustentaba su pensamiento insumiso e incómodo. Su no es un acto de autonomía ante el mundo, un ejercicio máximo de libertad. De ahí que el propio escritor se definiera como un pesimista por la razón y un optimista por la voluntad».
El responsable de La consistencia de los sueños recuerda que el no de Saramago tenía al poder establecido como uno de sus principales objetivos. «Reiteraba que al poder hay que decirle que no de una forma constante, para que se vea vigilado, porque tiene una tendencia natural a excederse».
A pesar de su compromiso con la actualidad de su tiempo, Saramago separaba su creación literaria de su actitud beligerante con lo que no le gustaba. «Tenía claro que en sus libros debía erradicar cualquier atisbo panfletario. Por eso, siempre decía que él no era un escritor marxista, sino un marxista escritor». «Humanista y comunista». En cuanto al pensamiento y las creencias del autor de Caín, Gómez Aguilera no duda en calificarlo como «un comunista y un humanista». «Interpreta el marxismo como un libre pensador, reafirmándose constantemente como un comunista hormonal con un pensamiento que, en ciertos momentos, tenía tintes anarquistas», añade. Pero el responsable de esta biografía cronológica destaca del pensamiento del autor de Ensayo sobre la lucidez el «humanismo», con una «insatisfacción permanente, con un sentimiento de indignación, incomodidad para pensar que trasladaba a sus novelas, que las consideraba como un espacio ideal para el pensamiento». Un pensamiento que sustentaba sobre tres preguntas a las que sometía cualquier cuestión: «por qué, para qué y para quién».
En cuanto a su vida literaria, Gómez Aguilera destaca que toda la existencia de Saramago estuvo marcada por «la tenacidad y el trabajo». Piezas que con el tiempo consiguieron que tras comenzar y ejercer como «un obrero de la literatura» aflorase finalmente un «príncipe de las letras», vertientes antagónicas en un principio pero, según Gómez Aguilera, «que se iluminan y sustentan». Dos etapas literarias. Sobre su producción literaria, el filólogo y poeta Gómez Aguilera diferencia dos etapas. Una primera que concluye con la publicación del Evangelio según Jesucristo y una segunda que comienza con Ensayo sobre la ceguera. En la inicial, la historia era primordial. «Saramago relaciona la novela y la historia. Introduce la primera dentro de la segunda, aunque siempre lejos de los cánones de la novela histórica. «Convierte la historia en una construcción similar a la del relato. Y es que, al fin y al cabo, la historia es un relato construido por uno o varios narradores, del que siempre quedan fuera muchos aspectos que sus autores consideran poco importantes y que a veces son básicos para entender millones de cosas», explica.
En su segunda etapa, el director de la Fundación César Manrique destaca que el autor luso fijaba su afilada y lúcida mirada «en el hombre, en el individuo», siempre con la «razón» como vértice de su pensamiento. Una razón que apoya su público y polémico ateísmo, «ya que el mito religioso es totalmente incompatible con su racionalismo», analiza. Ante estos análisis, Fernando Gómez Aguilera no duda en destacar «la gran coherencia» que marcó toda la existencia de Saramago. Recuerda que, en una ocasión, el intelectual y filósofo portugués Eduardo Lourenço calificó la vida de Saramago como «un milagro» ante lo que el propio escritor dijo que, «de hecho, lo parece».
Garzón estará en su homenaje póstumo. Baltasar Garzón reaparece públicamente en España inspirado por el escritor portugués José Saramago. El magistrado, que fue autorizado recientemente por el Consejo General del Poder Judicial para incorporarse en comisión de servicios a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya (Holanda), presentará el próximo 1 de julio, a las 20.30 horas, en la sede de la Fundación César Manrique de Lanzarote, la biografía cronológica del Premio Nobel de Literatura, que firma Fernando Gómez Aguilera.
El magistrado de la Audiencia Nacional, que fue suspendido de forma cautelar por el Consejo General del Poder Judicial, había acordado su participación en este acto con los responsables de la Fundación César Manrique y con el escritor luso unos días de que este falleciera la pasada semana.
Garzón y Saramago se conocen desde hace años y el autor de Ensayo sobre la ceguera (Alfaguara) pidió a los responsables de la Fundación lanzaroteña que fuera el juez el encargado de presentar la nueva publicación, más aún cuando el Premio Nobel portugués era consciente de que su débil estado de salud le impediría asistir a la presentación del próximo jueves.
Tras el fallecimiento de José Saramago el pasado viernes, 18 de junio, la presentación parecía peligrar, pero tanto desde la Fundación César Manrique como la viuda del escritor, Pilar del Río, decidieron seguir con lo previsto, con el beneplácito de Garzón.
La presentación del libro, que contará con la presencia de Pilar del Río, que ese mismo día regresa a Lanzarote, será también un homenaje póstumo al autor de Memorial del convento.
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