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El viejo dicho de a rey muerto, rey puesto, cobra vida en la actualidad de la Unión Deportiva. Diez días después de la destitución de Sergio Lobera, y a pesar de que medie la sonrojante derrota de Mallorca, la figura del ya expreparador del representativo todavía recibe descargas en público y en privado. Hoy Lobera es señalado en la línea discursiva del club en un montón de argumentos, algunos más sólidos, otros absolutamente peregrinos. Entre la disensiones más habituales están las de los futbolistas que menos participaban durante la etapa del profesional aragonés en el banquillo.
Uno de ellos era Alfredo Mayordomo, Máyor. Jugador con escaso peso en los planes del entrenador, ayer habló de una nueva etapa en la relación jerárquica entre los gestores de la plantilla y los futbolistas. «Ahora todos nos sentimos partícipes», expresó una de las novedades el pasado fin de semana en la primera alineación de Josico al frente de Las Palmas.
El caso del delantero alicantino era una paradoja de gran envergadura. Su llegada durante el pasado verano a Las Palmas fue uno de los principales motivos de confrontación entre la dirección deportiva y Lobera. Fue el exjugador de la Ponferradina una petición expresa del entrenador. Incluso desde la comisión se entendió que había usado métodos poco leales, porque dirigió el asunto directamente por la vía presidencial. Al final, Máyor fue muy poco utilizado por Lobera a lo largo de la competición, un hecho del que no quiso hacer más sangre de la debida.
«¿Cuánto hace que no venía aquí?, requirió Máyor sobre su presencia en sala de prensa, «pues eso lo dice todo». No obstante, no quiso que sus palabras se entendieran como un desafío al que hombre al que estuvo subordinado durante prácticamente toda la temporada. «El cambio de entrenador lo decidió el consejo cuando lo estimó oportuno. Ha llegado cuando ha llegado. Antes estábamos a muerte con el otro míster, Sergio Lobera, y ahora también lo estamos con Josico. Y lo vamos a hacer con quien esté. En cada entrenamiento yo voy a dar el máximo y eso es lo que debe hacer todo el equipo», manifestó.
Máyor abrió la boca en público. Otros dentro del grupo que, en la intimidad, manejan un verbo mucho más agrio para referirse al que fue su entrenador. Se desacredita su método de trabajo y se señala que el hombre que se fue de vacaciones después de la eliminación con el Almería en la promoción no fue el mismo que volvió en pretemporada.
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