2012 Puede revelar a los verdaderos mayas: guerreros y sanguinarios
EFE
Miércoles, 11 de abril 2012, 12:31
La supuesta profecía maya de que en 2012 es el fin del mundo al acabar un ciclo del tiempo puede ayudar a despertar el interés por esta cultura, sobre la que hay muchas ideas trasnochadas como que era una sociedad pacífica de sabios astrónomos, cuando realmente era una comunidad de ciudades estado guerreras y a menudo sanguinarias.
Así lo indica en una entrevista a Efe el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Juan Antonio Belmonte, especializado en arqueoastronomía y que el viernes ofrecerá la conferencia "El calendario maya y el 2012: *Apocalipsis now?" en el Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife.
Belmonte, que subraya que su conferencia va dirigida al grupo que está "entre los escépticos al fenómeno del 2012 y los creyentes en él", señala que la única inscripción que supuestamente habla del fin de un ciclo del tiempo en 2012 está en Tortuguero, un yacimiento maya de la costa del golfo de México.
Sin embargo, en ella faltan dos de los glifos esenciales para la comprensión del texto, que están dañados, mientras que otras inscripciones halladas en Palenque y otros lugares demuestran "claramente" que para los mayas no acaba ningún ciclo en 2012 "y el tiempo va más allá" de este año.
Juan Antonio Belmonte señala que los mayas fueron una gran civilización, avanzada para su tiempo en el contexto mesoamericano, aunque no especialmente en el mundial, y crearon un calendario muy sofisticado porque estaban "obsesionados por el tiempo" hasta tal punto que libraban las guerras según los ciclos astronómicos, las auténticas "starwars" o guerras estrella.
El antiguo calendario maya era una herramienta muy sofisticada que demuestra que conocían la duración más o menos exacta del año solar con un error "adecuado" para sus conocimientos y también dominaban los ciclos lunares, pues eran "muy buenos observadores del cielo", precisa el astrónomo.
También tenían un conocimiento relativamente preciso de los movimientos de objetos celestes como el planeta Venus, para ellos muy importante porque cuando salía en una posición determinada era el momento para que el rey de una ciudad atacara a la vecina.
Sin embargo, el conocimiento astronómico de los mayas era similar al de los antiguos egipcios en cuanto al nivel de cálculo y su precisión no superaba al de los babilonios.
Esta obsesión por el tiempo ha provocado que se creasen idealizaciones de la sociedad maya que tienen muy poco que ver con la realidad, pues era una cultura de ciudades estado en guerra permanente por el control de los recursos, explica Belmonte, quien es editor adjunto de la revista "Journal for the History of Astronomy".
Ello hizo que creasen un calendario muy sofisticado porque, al igual que los egipcios dos mil años antes para predecir las inundaciones del Nilo, los mayas necesitaban un control exhaustivo del tiempo por parte del Estado en medio de un entorno "poco amigable de estrés hídrico y medioambiental poderosísimo".
"Hay que cambiar esa imagen en el gran público que siempre ha puesto en antítesis a los aztecas salvajes frente a los pacíficos mayas, cuando eran igual de brutales para su tiempo tanto unos como otros, lo que es normal en una cultura en esas circunstancias, al igual que ocurría en las sociedades guerreras de la antigua Grecia", detalla el investigador.
Parte de los estudiosos de la cultura maya son "los que han creado el propio enredo" sobre el fin del tiempo que ha provocado "un nueva dosis de milenarismo", apunta Belmonte, quien ve como positivo la posibilidad de suscitar un interés adecuado por la cultura maya, rodeada de "un montón de charlatanería porque un 80 por ciento de lo que hay en la red sobre los mayas son cuentos chinos".
La idea de que los mayas auguraron el fin del tiempo en 2012 está muy asociada a los movimientos de la "Nueva Era", sobre todo en Estados Unidos, pero en España hasta este año no se ha divulgado mucho el asunto y la película homónima se ha visto como una más de catástrofes, no una antesala "de lo que va a suceder", revela Belmonte.
El desconocimiento sobre la cultura maya proviene de que hasta hace apenas veinte años no ha comenzado a descifrarse su escritura, pues primero se descubrieron sus ciudades, monumentos, pirámides y tumbas magníficas como la de Pacal y sólo tardíamente, desde finales del siglo XX, se ha conseguido leer sus inscripciones.
Ello hace que la historia real de los mayas sea ignorada por el gran público y además, prosigue el astrónomo del IAC, los estudios mayas han estado "totalmente ideologizados" porque quien primero descifró su escritura fue el epigrafista ruso Yuri Knorosov en plena "Guerra fría", lo que causó el desinterés en las escuelas mayistas de Estados Unidos y del resto de Occidente.
