Berro Bistrot, la exquisita cocina vegetal que abre un nuevo camino en Las Palmas de Gran Canaria

Traspasar las puertas de Berro Bistrot es como recibir un abrazo largo y cálido de la naturaleza, de esos que erizan la piel, emocionan y conmueven.

Berro ha llegado a la capital grancanaria para derretir al calor de sus fuegos la frontera entre la gastronomía vegetal y animal, dando el valor y el lugar que merece la primera. Una cocina honesta y humanista que permite conocer a fondo a su chef, Francesca Hunt que, junto con su pareja Marco Nardini, sommerlier de Berro, han creado un espacio extraordinario donde habitan la ética, la sostenibilidad y el máximo respeto por la naturaleza.

A tres semanas de su apertura, la emoción por la acogida aún les conmueve. Un mano a mano que deja de manifiesto la complicidad entre ambos. Francesca en cocina, Marco en sala, trasladando a cada comensal los principios por los que se rige su restaurante; producto vegetal canario y de huerta ecológica, concretamente de Santa Brígida, los quesos de Los Quesitos de Anabel, el pan, de masa madre de Tarei, la pasta de Conchita y, por supuesto los vinos con preferencia a las referencias canarias. Un compendio perfecto que bien podría ser un manual en sí mismo porque, pocas veces se encuentra el producto canario en mejor valor que en las elaboraciones de Francesca.

Francesca habla un lenguaje creativo propio que traduce en cada una de las elaboraciones. Ella no es solo una chef, ella es una creadora constante porque su despensa es la naturaleza, con sus ciclos y temporadas y la chef se rinde ante ella, desde el más absoluto de los respetos.

Probar sus platos es reconciliarse con la cocina netamente vegetariana y se consigue tan pronto como se prueba uno de sus entrantes: «Sabina», una rosa de remolacha en un gustoso y sutil marinado, rellena de pesto de berros y sobre una cama de almendras. Un plato que podría encontrarse perfectamente en la carta de cualquier restaurante de alta cocina. Un saludo extraordinario, como antesala a las exquisiteces que aún esperan.

Con «Cardo» podrá deleitarse con un hummus de tomate seco que sabe a mediterráneo y un guacamole de los mejores que se pueden disfrutar en la capital grancanaria, y es que, el frescor del producto traspasa cada una de las elaboraciones y también la maestría, la formación y el conocimiento de la experta que aderezan y ensalzan cada plato.

Otras de las elaboraciones que no pasan desapercibidas es su carpaccio de peras, fruta fresca en cortes impecables, flores comestibles que ayudan a embellecer las presentaciones aportando un sabor desconocido y una vinagreta de Módena muy placentera.

Ambos provienen de Italia, ella del norte, Marco del centro, aunque llegaron hace algunos años, la isla los acogió y acunó con toda calidez que Berro tenía que ser grancanario. Un proyecto donde Francesca hace destacar su filosofía de vida y Marco, experto sommerlier a quien no se le escapa un viñedo, un terruño, una uva.

Detalles que juntos despliegan a lo largo y ancho del local para enseñarnos que en Berro se ofrece lo mejor que saben hacer: cariño en cada cosa que hacen.

Prueba de ello, la musaka versión Francesca, absolutamente vegetal y divina. La textura de la papa, advertimos que tarda en olvidarse.

Si también quiere llegar al colmo de la mejor versión de cocina vegetariana no se vaya sin probar «Mocán» porque seguro que jamás ha encontrado una carbonara más exquisita y 100% vegetariana. Sorprendente, ligera y deliciosa.

Y atentos a «Tajinaste azul», un potaje de berros que a más de uno ya trae de cabeza.

La vitrina de dulces hace un guiño desde que se arranca con los entrantes y, sin atisbo de dudas, le podemos contar que en Berro se prepara el mejor tiramisú que existe en toda Gran Canaria. Solo por eso valdría la pena visitarles a diario.

Una base de bizcocho casero de Francesca, una mezcla de leches y nata vegetales, sin sombra de huevo y un cacao suculento; y es que Francesca desvela sin tapujos su secreto: nació en el pueblo vecino a Treviso, cuna de este delicado postre, así que, nadie mejor que ella para convertir este bocado en una obra de arte.

Y no deje de pedir un café, porque también en Berro sabe más especial.

Los dos lo tienen claro, empezar despacio e ir creciendo. Evolución y aprendizaje, escuchar al comensal, dedicar tiempo a cada uno y gustar. Así que, por lo pronto, solo ofrecen desayunos y almuerzos, todo elaborado por las manos de Francesca, todo organizado por Marco, una pareja valiente y deliciosa que han llegado y han apostado por una cocina respetuosa con el planeta y asombrosamente deliciosa para el comensal.

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