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Proponemos una variación de la tradicional quiche lorraine que lleva espinacas en lugar de puerros. Volver al día a día después de la Navidad no tiene por qué ser aburrido o tedioso. Un poco exhaustos de tanto exceso y a la vez motivados por los nuevos propósitos del año, comienza para muchos una época de comida casera y saludable. En este escenario, lo mejor será hacernos la vuelta cómoda y agradable.
En serio, póntelo fácil. Ya es suficiente volver a madrugar, entrenar o llevar a los niños al cole como para añadir a la ecuación un menú semanal olímpico. La receta de quiche de espinacas y bacon no encierra secretos, prácticamente juntamos todos los ingredientes y el horno hace el resto. Esta tarta salada de espinacas es perfecta tanto para desayunar como para almorzar, está riquísima y nos llena de energía.
250 g de espinacas
200 g de taquitos de bacon
1 lámina de masa brisa o quebrada
2 huevos medianos
200 g de queso rallado (recomendamos del tipo emmental)
200 ml de nata para cocinar o leche evaporada
Sal, pimienta y nuez moscada
Lavamos y cortamos el montón de espinacas en varios pedazos, para evitar encontrarnos hebras muy largas en cada porción.
Calentamos la sartén y añadimos los trocitos de bacon a fuego medio, cuando empiecen a «sudar», removemos unos minutos y añadimos las espinacas. Desde que reduzcan su tamaño y veamos que se está evaporando el líquido, apagamos el fuego y reservamos.
En un cuenco batimos los dos huevos, añadimos la nata para cocinar, removemos con una varilla o tenedor y añadimos el queso rallado, una pizca de sal, pimienta y nuez moscada.
En este momento podemos ir precalentando el horno a 180º y preparando el molde, que engrasamos con mantequilla o aceite (también serviría poner papel de horno). Introducimos la masa con delicadeza para no romperla y la pinchamos en varios puntos con un tenedor. En esta ocasión lo haremos en formato rectangular para que sea más sencillo partir la ración y llevarla al trabajo, pero se adapta a cualquier molde que tengas para hornear, incluso una sartén o cacerola apta para hornos.
Metemos 10 minutos la masa con algo de peso (como garbanzos crudos) en el horno y mientras tanto vamos incorporando al recipiente de la mezcla de huevo, el bacon y espinacas (recomendamos escurrir antes) y mezclamos todo el relleno. Lo vertemos en el molde y lo cocinamos durante 30 minutos a 180º. Cuando veamos que la masa y la parte superior de la quiche está dorada, insertamos un cuchillo para comprobar si está bien cocinado y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente antes de desmoldar y servir.
Las espinacas son una fuente estupenda de calcio, magnesio, sodio, potasio y fósforo. Quizá Popeye sabía de sus bondades y gracias al clásico personaje de animación, creado por Elzie Crisler Segar hace más de 90 años ya, en Estados Unidos aumentó el consumo de espinacas un 33% durante finales de los años 20 del siglo pasado.
El huevo, por su parte, es rico en proteínas, aporta energía y ayuda en la recuperación de los entrenamientos. Por su sencillez y sabor, esta receta de quiche de espinacas con bacon es fantástica para un enero sin complicaciones y lleno de sabor.
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