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Con mucha satisfacción y cierta melancolía, José María mira hacia atrás sobre sus pasos y recuerda como, con 16 años, su padre ya le invitaba a acudir a las reuniones del grupo como libre oyente; a caminar por el mundo, a conocer otros lugares, otros idiomas y otras costumbres, pero siempre, bajo la consigna de regresar y trabajar por las islas, porque siempre le decía: «Tienes la suerte de haber nacido y de poder vivir en un lugar donde otros se pasan un año ahorrando para venir unos días». Al igual que Pino Felipe, su madre, quien siempre apoyó, acompañó y fortaleció los lazos familiares imprimiendo en su hijo y sus hermanos, el camino de regreso a casa: Gran Canaria.
Todo ello, nos cuenta, le valió tanto que, cuando comenzó sus estudios universitarios, en ESADE, para formarse en Administración y Dirección de Empresas, José María llegó con un máster previo aprendido de forma natural, porque para él, su padre ha sido y será siempre, su mejor mentor.
Inglaterra y Alemania fueron otros destinos donde se siguió formando en post grados de especialidad financiera y, con la maleta rebosante de valioso conocimiento, regresó a casa, a la empresa, y donde le esperaban sus padres y su hermano Ángel Luis para seguir creciendo, para seguir dando forma a un grupo hotelero, constructor y de promoción inmobiliaria que desde los años 80 fue clave para el desarrollo económico y social del Archipiélago Canario: Grupo Dunas.
Pero José María, desde la humildad que lo caracteriza, vuelve a mirar atrás para contarnos dónde y cómo comenzó todo, cuando su padre, arquitecto técnico, plantó las primeras semillas, comprando parcelas, promoviendo a pequeña escala, recogiendo los primeros frutos y volviéndolos a invertir para seguir creciendo y dando forma y contenido al principal activador económico de las islas: el turismo.
Hoy, junto con sus hermanos, Ángel Luis y Jesica, lideran la empresa familiar, con más de 600 empleados de manera directa, entre hoteles y resort; y en su día a día, dos tareas están siempre presentes en su agenda: ofrecer calidad y hacer felices a todos sus clientes.
La pasión por la isla y por su profesión se advierte en cada palabra de esta entrevista, pero nos dice que vibra y late por Patricia, su esposa, de la que no se ha separado desde que la conoció y por la U.D. Las Palmas y, como buen analista de lo que Gran Canaria puede ofrecer, y, aunque no le guste presumir de sibarita, pasear por sus restaurantes favoritos de Gran Canaria, resulta ser una experiencia de lo más exquisita.
Su listado va de la capital al sur o del sur a la capital, según se marque el día en su agenda de trabajo, así que toca arrancar la ruta con los espectaculares huevos con jamón y trufa de La Cocina de Hande, sencillamente maravillosos.
Siguiente parada, también en el sur, Barraco, donde José María nos cuenta que disfruta, y mucho, con sus bocadillos de pata y sus churros.
Si cogemos dirección Las Palmas de Gran Canaria, José María nos recomienda que nadie se pierda la tortilla con cebolla de El Pasaje, para él, una de las mejores tortillas de Gran Canaria, desayuno que no se pierde jamás cuando toca trabajar en la capital.
No hace distinción a la hora de elegir sus lugares favoritos para el almuerzo o la cena, en cambio si lo hace entre el sur y la capital, depende de dónde toque estar, porque vive a caballo entre ambos sitios, así que, si toca quedarse en Las Palmas de Gran Canaria, lo podemos encontrar en La Travesía de Triana para disfrutar con su ensaladilla y sus pochas con almejas. Aunque también nos recomienda que no nos perdamos el plato del día de cuchara que tengan, porque bordan la cocina de caldero.
Como experto sibarita también podremos encontrarle en tres restaurantes de la capital que, como para muchos, para José María también son los mejores. El primero de ellos, Ribera del Río Miño, donde la cocina de un producto inmejorable es su seña de identidad.
Rías Bajas como siguiente opción y también por el excelente trato de un producto fantástico.
Y no deja que pasemos por alto, la mejor versión de la cocina tradicional renovada que ofrece Adal en El Pote. Imprescindible.
Si toca quedarse el fin de semana por la capital, le encanta disfrutar de la propuesta del Grupo Kikong y su local más nuevo, así que no perdona disfrutar de un viernes en Morro Colorao.
Y una cena que disfruta de manera especial junto a su mujer, Patricia, en Las Palmas de Gran Canaria, es en el Fuji.
Tomamos ahora dirección sur y, primera parada, Tertulia y Enyesque para disfrutar de su fabulosa cocina de mercado.
Cuando se trata de saborear su plato favorito, el arroz, podemos encontrarle en El Senador, su preferido.
Como apunte importante y que no puede faltar en su lista, el Restaurante Libanés Beirut y su deliciosa cocina libanesa, un imprescindible para José María.
Cuando se trata de pasta, la mejor que se elabora para José María en el sur de Gran Canaria es en Il Duomo di Milano, siempre deliciosa.
En el renovado clásico del Loopy´s nos recomienda que nadie se pierda su arroz con rabo de toro y que tampoco falten su pizza margarita y su escalope.
Y como cierre, redoble de tambores para las mejores cenas en este lado de la isla de Gran Canaria, La Palmera Sur. Sencillamente espectacular cada plato de su carta.
No es de salir de copas y, si se toma la «arrancadilla», le gusta hacerlo durante la sobremesa en el mismo restaurante, eso sí, si se da licencia para tomarla en algún otro sitio y porque se trata de un lugar especial, se concede una visita a Carlichi, en la capital grancanaria.
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