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Estados Unidos contiene el aliento ante la amenaza de un estallido de violencia

Ciudades como Nueva York, Los Ángeles o Chicago amanecen con los escaparates cubiertos en previsión de saqueos y algaradas, mientras en Washington y Portalnd la Policía reprime protestas y la quema de banderas

sergio garcía

Miércoles, 4 de noviembre 2020

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Parece que la sangre no ha llegado al río Potomac. Al menos de momento. Y eso que desde la pasada noche, centenares de manifestantes han mostrado su descontento por el centro de la capìtal federal, lanzando cohetes y fuegos artificiales, reacciones que han sido reprimidas de inmediato por la Policía y que se han saldado con varios detenidos. También en Portland, espejo de la polarización que vive el país, se han desatado tensiones, azuzadas por la quemas de banderas y con los manifestantes portando rifles de asalto, pero sin que estallara la violencia.

Según el New York Times, la jornada electoral ha resistido los peores presagios que hablaban de algaradas y disturbios como colofón de una campaña que los expertos no dudan en calificar de caótica. Un resultado al que no han contribuido precisamente las provocaciones del presidente Trump, anunciando un triunfo que todavía no es tal y animando a sus partidarios a movilizarse contra un fraude electoral que a nadie consta aún y del que no hay pruebas. Lejos de contribuir a la calma, su negativa a comprometerse a aceptar el resultado que salga de las urnas ha alimentado el fantasma de la confrontación en un país donde la tenencia de armas es un derecho reconocido por la Constitución y proliferan los grupos supremacistas de gatillo fácil.

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La ciudadanía no las tiene todas consigo. Los principales edificios y negocios del centro de Washington y de Nueva York se han blindado en los últimos días ante el temor de que se produjeran incidentes, instalando en sus escaparates paneles de madera para evitar posibles actos vandálicos. El clima de inestabilidad que ha presidido la cita con las urnas, marcada por el Covid, las protestas de los últimos meses en torno al movimiento Black Lives Matter y el hecho de que los resultados finales tardarán días en conocerse han activado todas las alarmas ante un posible estallido de violencia, amenaza que está lejos de haberse evaporado.

Una preocupación que, según un estudio hecho público por USA Today, comparten tres de cada cuatro votantes, mientras que solo uno de cada cuatro se muestra «muy confiado» de que habrá un traspaso pacífico de poder si es el demócrata Joe Biden quien se impone en la pugna presidencial.

En Washington, edificios y negocios en las proximidades de la Casa Blanca han cubierto con paneles ventanas y puertas, precupación a la que no son ajenos en la propia residencia presidencial y que se viene a sumar a otras medidas de se seguridad incorporadas hace meses ante las protestas y disturbios de los que ha sido escenario Washington.

«No hay ninguna amenaza específica, pero estamos preparados para cualquier cosa», se ha apresurado a señalar Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, donde el Departamento de Policía había recomendado a los negocios del centro de Manhattan que reforzasen su seguridad. Una medida también adoptada en otras megaurbes del país como Chicago, Los Ángeles, Boston o Filadelfia, ciudad esta última que atrae todas las miradas y que a buen seguro influirá en el signo del próximo ocupante del despacho oval.

Crece la venta de armas

La incertidumbre es mucha y amplios estratos del país parecen dispuestos a ponerse la venda antes de que haya heridas. «La venta de armas se ha disparado porque la gente teme al clima político posterior a las elecciones y quiere hacer valer su derecho a defenderse», recordaba días atrás en las páginas de este periódico Brent Barbee, dependiente de una tienda de armas en Amarillo, Texas.

Pasan las horas y tampoco los líderes empresariales estadounidenses bajan la guardia, haciendo constantes llamamientos a la calma ante posibles disturbios en las calles y en sus propias compañías si el resultado que salga de las urnas es cuestionado. «Me preocupa el riesgo de agitación civil con nuestra nación tan divida durante un escrutinio que potencialmente puede llevar días», advertía el jefe de Facebook, Mark Zuckerberg, cuya red social se encuentra en el punto de mira tras el papel jugado en anteriores comicios.

Compañías de seguridad como Control Risks coinciden en señalar que ha aumentado la cantidad de pedidos de armas, en respuesta a potenciales disturbios o saqueos de locales. Enfrentamientos que no sólo preocupan en la calle, también en fábricas y negocios donde el trabajo es necesariamente presencial. Piden guardias, protección de ejecutivos e «inteligencia proactiva», dijo Joshua Skule, vicepresidente de la empresa, para quien la existencia o no de violencia dependerá de quien gana, la demora en conocerse los resultados y la desinformación en las redes sociales. «Hay mucha tensión», admite.

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