El debate en CANARIAS7 entre los sectores implicados en el alquiler vacacional tuvo momentos de fricción. Unos veían grandes ventajas en esta modalidad turística mientras que otros solo veían inconvenientes. Sin embargo, hubo un punto coincidente: la necesidad de establecer mecanismos de control para ordenar la «jungla», el «boom», la «burbuja», el «desmadre» -cada uno aportó su definición- que se está produciendo y que se debe en parte a que los propietarios creen que es «un negocio redondo».
«La gente se está apuntando al ruido y entrando en el negocio sin tener en cuenta que conlleva gastos, impuestos y mucho tiempo», indicó el vicepresidente de la Asociación del Alquiler Vacacional (Ascav), quien reprochó a algunos de los asistentes al debate que «criminalizaran al turista». Según resaltó, en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no constan denuncias de vecinos por un mal comportamiento de los turistas.
El bróker de Don Piso, Ángel Machín, abogó por acciones para informar a los propietarios y «desmitificar» que el alquiler vacacional es un «chollo». «No se están alquilando todas la viviendas y todas no son rentables. Eso debe saberse», indicó.
El profesor universitario y autor del libro Una guía para entender la economía colaborativa, Jacques Bulchand, cifró en un 70% las viviendas ofertadas en plataformas y que no se alquilan. El experto planteó, entre otras medidas para regular el alquiler vacacional, fijar en las zonas residenciales un tope de viviendas que se pueden destinar al uso turístico, tal y como existe ya en algunos países. También consideró una buena idea controlar fiscalmente los pagos on line de esas viviendas y que se hacen a través de transferencias bancarias. «Sería tan sencillo como llegar a un acuerdo con la AEAT. En un mes está todo controlado», manifestó.
Llegar a acuerdos con las plataformas on line para que exijan la licencia municipal a las viviendas que ofertan es otra opción. Si bien, por parte de algunos invitados se puso sobre la mesa la laxitud de algunos cabildos para conceder esas licencias, sin ningún control.
Respecto al desamparo que sufren los vecinos, que no tienen donde recurrir cuando se producen incidentes, Bulchand abogó por fijar mecanismos por los que, «con un click», se pueda dar cuenta de una situación anómala y se resuelva.
Valentín, de Ascav, compartió el planteamiento. «Somos los primeros interesados en que no haya problemas. Proponemos que a la tercera queja de un vecino sobre un propietario se retire la licencia turística.
Mejora de los barrios. El alquiler vacacional ha traído consigo la mejora y rehabilitación de muchos edificios que se encontraban en un estado decrépito. Hoy lucen arreglados y dan un aspecto inmejorable algunas zonas que estaban abandonadas.
Ingresos. El alquiler vacacional es una nueva modalidad turística que genera importantes ingresos. Se estima que en Canarias factura más de 500 millones de euros.
Motor económico. La economía canaria pivota sobre su sector turístico. Genera más del 32% de su producto interior bruto (PIB) y es el responsable de la mayor parte del empleo que se genera en las Islas. El turismo es clave en el desarrollo de Canarias.
Riqueza. El alquiler vacacional conlleva la apertura de nuevos negocios complementarios de ocio y restauración, con lo que se dinamiza la economía y genera empleo.
Expulsión. La rehabilitación de los edificios ha traído una mejora del aspecto de las ciudades pero al tiempo ha elevado el precio de los alquileres y expulsado a los residentes del centro. Para alquilar una casa se tienen que ir al extrarradio, donde los precios son más bajos.
Fraude. El boom del alquiler vacacional provoca que muchos propietarios entren de forma ilegal en el negocio, sin declarar impuestos, proliferando la economía sumergida.
Rechazo al turista. El crecimiento desaforado y sin control del alquiler vacacional en Canarias está provocando que surja entre los residentes cierto rechazo hacia los turistas. Este es un peligro en una islas que viven fundamentalmente del turismo.
Molestias. La apertura de esos nuevos negocios implican más ruido y molestias para los residentes. Además los barrios pierden el aspecto originario y se transforman.
1. Origen de la modalidad turística
El alquiler vacacional no es una modalidad turística nueva en el Archipiélago. Hace 30 años que llegó. Lo que sí es nuevo es el boom del último año y que ha surgido al amparo de la creencia de ingresos elevados y fáciles y de una regulación «mal hecha».
2. Petición de una norma reguladora
En 2013 un grupo de propietarios de viviendas vacacionales empieza a reclamar al Gobierno de Canarias una norma que ampare su actividad. Quieren salir del limbo jurídico y evitar problemas con la inspección. Se quejan de multas de entre 18.000 y 60.000 euros.
3. Rechazo inicial de Canarias
El Gobierno lo rechaza inicialmente. Asegura que la norma de 1995 ya recoge todas las modalidades de alojamiento. No quiere abrir la puerta al alquiler vacacional. Sin embargo, el tirón de esta modalidad turística en todo el mundo le obliga a sacar adelante una regulación.
4. Decreto tumbado en los juzgados
En mayo de 2015 se aprueba el decreto que regula el alquiler vacacional en Canarias. Sin embargo, es muy restrictivo. Entre otras cosas, deja fuera las zonas turísticas. El decreto es recurrido y por ahora, hay dos sentencias que lo tumban. El Gobierno prepara un nuevo texto.