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El enoturismo se cuela en los planes de verano

El enoturismo se cuela en los planes de verano

La mejor manera de conocer la cultura vinícola canaria es visitando sus bodegas a través de las rutas que cada isla tiene marcadas. Canarias cuenta con diversas denominaciones de origen, en función de la variedad cultivada.

R.T. / Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 16 de julio 2020, 11:19

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Además de las conocidas condiciones climáticas, naturales y de servicios de las que se nutre el turismo en Canarias, las islas ofrecen al visitante la opción de descubrir una renacida cultura del vino. Tradición, paisajes inigualables, variedad y buen hacer son las características propias de este segmento en el que el archipiélago ha ido haciéndose un hueco en el enoturismo.

El origen de los viñedos en Canarias se sitúa entre los siglos XIV y XV con la llegada de los conquistadores, ya que no hay constancia anterior de ello. Colonos de muy diversas procedencias trajeron de sus respectivos lugares de origen gran cantidad de variedades que han ido evolucionando y adaptándose a nuestras particularidades climáticas y edafológicas, logrando así casi un centenar de variedades, algunas únicas en el mundo.

La malvasía es, sin duda, la variedad que más fama ha dado a los vinos del archipiélago, pero otras muchas aportan calidad y originalidad a unos caldos que destacan en un mundo cada vez más globalizado, en el que lo único y exclusivo tiene un valor añadido.

El conocimiento, el dinamismo de nuestros enólogos y su perfeccionamiento de los métodos de elaboración, han dotado a nuestros vinos de auténtica personalidad, con unas características diferenciales que les dan un valor añadido, y que los convierten en un producto exclusivo y competitivo dentro de un sector que reclama sabores diferenciados.

Bajo las D.O. Abona, Valle de Güímar, Valle de la Orotava, Tacoronte-Acentejo, Ycoden-Daute-Isora, Gran Canaria, Lanzarote, El Hierro, La Palma y La Gomera, se amparan los caldos canarios de moscatel, tintos, blancos y el histórico malvasía canario.

La esencia de Lanzarote. La poca altitud, el clima suave y su tierra volcánica confieren a los vinos lanzaroteños una personalidad única. La isla cuenta con cerca de 2.000 hectáreas de viñedos en producción, cuya cosecha se destina a la elaboración de vinos blancos, aunque también hay excelentes rosados y tintos.

Su clima provoca una vendimia madrugadora, de hecho es la primera de toda Europa. El mes de julio supone el comienzo de la recogida artesanal de la uva, en la que destaca sobre todas una variedad característica y única en el mundo, la malvasía volcánica. La Isla cuenta con cuatro zonas a visitar: La Geria (entre Yaiza y Tías) en la que se usa el sistema de hoyos, al igual que en Masdache (Tías y San Bartolomé); Tinajo, con cultivo en zanjas perimetrales, y Ye y Lajares (Haría).

Gran Canaria y su clima. Los microclimas diversos de los que hace gala Gran Canaria le confieren unas características específicas a los cultivos de la vid en esta isla, que presentan una amplia gama de características enológicas. En los últimos años se ha producido una expansión en cantidad y calidad de bodegas y marcas que elaboran sobre todo vinos jóvenes, tintos y blancos.

Las rutas del vino en Gran Canaria se pueden organizar en torno a varias subzonas, en las que se concentran la mayoría de bodegas: la ruta Norte; la oeste, con las bodegas de Santa Lucía y San Bartolomé de Tirajana; la este, con paradas sobre todo en Telde, Valsequillo y Agüimes; y la zona centro, que abarca las bodegas de la zona del Monte Lentiscal, Santa Brígida y San Mateo.

Variedad en Tenerife. La elaboración de vinos en Tenerife se reparte en cinco regiones de cultivo y sus cinco denominaciones de origen, cuya característica principal es la gran variedad de uvas que se cultivan.

La D.O. Tacoronte Acentejo es la mayor reserva de variedades de vid de la isla y la superficie más cultivada. Su mayor producción es de vinos tintos. La D.O. Valle de la Orotava abarca viñedos en los que se elaboran tintos, blancos y, en menor cantidad, rosados, ubicados en un valle que se abre al pie del Teide y se extiende hacia el mar. La D.O. Abona son los viñedos más soleados y se ubican sobre las laderas del Teide, produciendo sobre todo vinos blancos.

Mistelas. La D.O. de La Gomera es una de las más jóvenes. Y la peculiaridad de sus caldos es que no muestran los aromas a cenizas de otras islas vecinas. La mayor extensión de viñedo se encuentra al norte de la isla, y el resto se distribuye en las laderas del pico Garajonay. Los vinos mayoritarios son blancos secos y jóvenes, aunque también son interesantes las mistelas y dulces naturales.

Nivel del mar. En la isla de El Hierro sobresalen los vinos blancos que se elaboran en gran porcentaje como vinos jóvenes frescos, afrutados y ligeros. La mayoría de las zonas de cultivo están situadas a muy poca altitud sobre el nivel del mar, lo que determina unas maduraciones muy rápidas de la uva. Las zonas productoras más importantes en esta isla son el Valle del Golfo, Sabinosa, El Pinar y Echedo, aunque de forma más notoria destacan los términos de Valverde y Frontera.

Únicas. En La Palma hay 19 bodegas inscritas en el Consejo Regulador, que embotellan más de 100 referencias, elaboradas muchas de ellas con variedades que sólo es posible encontrar aquí. Los viñedos se ubican entre los 200 y los 1.400 metros de altitud divididos en tres subzonas a visitar: la Norte, la de Hoya de Mazo y Fuencaliente.

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