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Los inversores no han tardado en reaccionar al anuncio, conocido en la noche del martes con el mercado ya cerrado, de la entrada de Arabia Saudí a través del grupo STC Group en el capital de Telefónica. La operadora, uno de los valores con mayor peso en la Bolsa española, reaccionaba al inicio de la sesión con subidas del 2,5% a la operación, que al cierre se moderaban al 0,27%.
Los títulos de Telefónica se colocan así en 3,76 euros, un tímido repunte lejos de los 3,889 euros que llegó a marcar en máximos intradía y que mantiene su subida acumulada en el año en el 12%, recuperando todo lo perdido en un complejo 2022.
Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, reconoce que «la baja capitalización de la compañía, síntoma común observado en el sector europeo, implica una infravaloración que la hace susceptible de adquisiciones en un momento complejo para dicho sector de las telecomunicaciones».
«Con una capitalización cercana a los 22.000 millones de euros, adquirir un 10% como es el caso de STC Group, se antoja altamente eficiente dadas las características de Telefónica», apunta el experto. Sobre todo teniendo en cuenta que los 2.100 millones de euros que pagaría STC en la operación comparan con un valor de mercado del grupo de más de 49.200 millones de euros. Es decir, a la firma árabe no le ha supuesto un enorme esfuerzo el desembolso teniendo en cuenta la elevada participación que conseguirá en la operadora española.
Lo cierto es que el sector de las telecomunicaciones sumaba años de debilidad en Bolsa, siempre a rebufo de los rumores de consolidación que finalmente no terminaban de concretarse. Sin embargo, la esperanza de este tipo de operaciones, que contribuiría a una disminución de la competencia que en los últimos años ha penalizado mucho las cuentas de estas empresas, se ha reactivado con la fusión de Orange y MásMóvil y otros posibles movimientos como la integración de la filial británica de Hutchison con Vodafone, que también ha recibido ofertas de fondos por su unidad española.
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La agitación en el sector, y la mejora de resultados, ha permitido a Telefónica recuperar el favor de los inversores este año. Pero la subida no ha sido suficiente para recuperar los 4,15 euros por acción que llegó a rozar de máximos del año a finales de abril. Desde entonces, la firma acumula un descenso de más del 9% en Bolsa. Una caída que se aceleró este verano tras perder al operador móvil virtual 1&1 como su primer cliente en Alemania, después de que esta compañía alcanzase un nuevo acuerdo con Vodafone, rival de Telefónica en el país germano.
El verdadero problema para la operadora es que la inestabilidad ha sido una constante en su cotización en los últimos años, a pesar del intenso proceso de reducción de deuda acometido por Álvarez-Pallete en los últimos años, y que tanto preocupa a los accionistas. Para hacerse una idea de la debilidad de su evolución -común a todo el sector en Europa- los 3,76 euros actuales están muy lejos de los casi 10 euros que el valor rozaba cuando Pallete asumió la presidencia. Y también de los 6,2 euros que rondaba antes de la pandemia.
Los analistas consideran así que la jugada de STC Group no es menor «y para nada podemos afirmar que está fuera de precio, dado el alcance e implicaciones para la parte compradora», a la espera de la resolución de las consecuencias de una posible activación del escudo 'antiopa', que abre la duda sobre «si las empresas principales españolas, a estos niveles de capitalización, pueden estar en venta».
En todo caso, la reacción alcista indica que inversores han acogido con buenos ojos la compra de casi el 10% del capital de la multinacional, con la que el grupo árabe se convierte en el primer accionista de Telefónica, por delante de BBVA (4,87%), BlackRock (4,48%) y CaixaBank (3,5%). De hecho, las dos entidades españolas se situaban este miércoles en la parte roja del mercado, en una sesión negativa para el conjunto del sector.
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Para Elena Fernández-Trapiella, analista de Bankinter, la operación es positiva para Telefónica por tres razones. La primera, que refuerza su objetivo de «contar con una base de accionistas estables de largo plazo». Por otro lado, y según indica la experta, los accionistas deben estar tranquilos al confirmar STC al actual equipo gestor «y particularmente a José María Álvarez-Pallete, por lo que no debería cambiar la línea de gestión».
Por último, según los cálculos que maneja la firma en base a la información disponible, el coste de adquisición habría sido de 3,6887 euros por acción, el cual «representará un suelo informal para la cotización a partir de ahora».
A la espera de más detalles, la recomendación para el valor sigue siendo de 'comprar', con un precio objetivo de 4,20 euros por acción, lo que aún deja un notable potencial alcista para Telefónica respecto a los precios actuales.
En el mismo sentido se manifiesta Antonio Aspas, socio y consejero de la gestora de fondos Buy & Hold, «la principal consecuencia para Telefónica de la entrada de Saudi Telecom en su accionariado es que cuenta con un inversor estable a largo plazo, cuya presencia podrá restar volatilidad a la evolución bursátil de su acción y asegurar un más fácil acceso a capitales en caso de que la compañía lo requiriese».
La firma, en todo caso, no cuenta con el valor en cartera, ya que considera que el sector de las telecos tiene mucha competencia con una guerra de precios que erosiona los márgenes de negocio.
De momento, Telefónica ha asegurado que «toma nota de la aproximación amistosa» de STC al grupo y «de su apoyo al equipo directivo, a la estrategia de Telefónica y a su capacidad para crear valor», según fuentes de la lempresa. De hecho, su presdiente, José María Álvarez-Pallete, se habría enterado de la intención de Arabia Saudí pocas horas antes del anuncio oficial.
Donde también miran con lupa las impliaciones de la compra es en el seno del Gobierno en funciones. El desembarco saudí en una compañía estratégica para España, como Telefónica, implica que el Ejecutivo va a analizar «el detalle de la operación» por si requiere «algún tipo de autorización por tratarse de uan inversión en un operador estratégico», apuntan fuentes gubernamentales. Aunque lo cierto es que el grupo STC ha afinado en la compra al adquirir justo el 9,9%, el máximo legal permitido para no tener que contra con ninguna autorización administrativa adicional.
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