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Interior de la Bolsa de Madrid. Efe
La situación crítica de Credit Suisse desata otra jornada de pánico para la banca

La situación crítica de Credit Suisse desata otra jornada de pánico para la banca

Los reguladores suizos darán liquidez a la entidad «si es necesario» ante su desplome bursátil. Mientras, el Ibex se precipita un 4,37% el miércoles en su peor sesión en 16 meses a la espera del BCE

Clara Alba

Madrid

Miércoles, 15 de marzo 2023, 20:40

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Ni guerras, ni pandemias ni precios disparados. Si hay algo que de verdad aterroriza a los inversores es una crisis de confianza como la que empieza a asomar tras el reciente colapso del Silicon Valley Bank. El mercado mandó el miércoles un firme mensaje a los bancos centrales: no quiere más subidas de los tipos de interés, ante el riesgo de un estallido bancario que pueda ser mucho más doloroso que la mismísima inflación. Con el nerviosismo latente antes de la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de este jueves, las caídas en las bolsas del Viejo Continente rondaron el 3,5%. El Ibex-35 fue el peor parado con un desplome del 4,37%, su peor sesión en 16 meses, hasta los 8.759 puntos.

El pánico vendedor se centró de nuevo en el sector bancario, con pérdidas del 10,5% para Sabadell, del 9,6% para BBVA y cercanas al 7% también en Santander, CaixaBank y Bankinter. Unicaja, por su parte, perdía un 6% de su valor. Las caídas son mucho más abultadas si se toma como referencia el estallido de esta crisis, con Sabadell como principal damnificado con unos números rojos acumulados del 21,5%. Las seis entidades han perdido 23.000 millones de valor en Bolsa en cuatro sesiones.

La huida de los inversores provocó incluso que cuatro bancos europeos viesen suspendida su cotización para evitar males mayores:_el francés Société Générale, los italianos Monte dei Paschi y Unicredit y, por supuesto, la entidad que encendió la chispa del desplome en el continente: Credit Suisse, con una caída del 24%. El banco suizo ha confirmado un secreto a voces en el mercado, con «deficiencias importantes» en su información financiera.

La mecha del desplome

Sin embargo, lo que de verdad sorprendió el miércoles fue una inesperada entrevista en Bloomberg de Ammar al Khudairy, presidente del Banco Nacional Saudí, que el pasado año se hizo con un 9,9% del capital de la entidad helvética. Frente a toda lógica por ser precisamente su principal accionista, dijo que no invertirán más en Credit Suisse para no sobrepasar el 10% «por diferentes motivos». Esa frase bastó para desencadenar otra debacle en el mercado. «No hay nada más rápido que el dinero cuando cunde el pánico», explica Juan Abellán, director del máster de Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB. Recuerda que está considerado en Suiza un banco sistémico, por lo que podría ser rescatado, aunque también se baraja su escisión y venta por áreas, como la banca de inversión.

Con la soga apretando bien fuerte al cuello, Credit Suisse se vio obligado a pedir ayuda al Banco Nacional de Suiza y al supervisor de los mercados financieros en este país (Finma). La respuesta de ambos llegó a última hora, señalando en una nota conjunta que le proveerán de liquidez «en caso de ser necesario». Y añadieron que la entidad «cumple los requerimientos de capital y liquidez impuestos en los bancos de importancia sistémica».

Pero el caos es absoluto. Y aunque los bancos europeos parecen lejos de sufrir situaciones similares, fuentes financieras reconocen cierta preocupación por el riesgo de contagio. Según apuntan, una de sus principales actividades es la de actuar de depositarios de la liquidez de muchas gestoras de fondos. Y aquí el contagio se dejaría notar en todos los países. El propio BCE ha comenzado a contactar ya con los bancos bajo su supervisión para conocer su exposición a la entidad.

La difícil situación también obligó a pronunciarse al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. «Hay que trasladar un mensaje de cautela y prudencia», dijo señalando que el Ejecutivo mantiene contacto con el BCE y el Eurogrupo para seguir la situación. «Europa tiene un sistema de supervisión reforzado que ha hecho que la banca tenga unos ratios de liquidez y solvencia muy superiores a los de antes de la crisis. Y la española, aún más», insistió.

El dilema del BCE

La defensa del sector también llega desde Bruselas. Pero los inversores no se fían y todas las miradas se dirigen hacia Fráncfort, donde el BCE se enfrenta este jueves a una de sus decisiones más complejas de los últimos tiempos. Se trata de mantener su plan de lucha contra la inflación subiendo los tipos de interés en 50 puntos básicos como estaba previsto o ceder a la presión del mercado y primar el miedo a que esta crisis bancaria sea un reflejo de que la temida recesión ya ha llegado.

La incertidumbre entre los analistas es total. En principio, se espera que el organismo decida finalmente cumplir con su mandato de control de precios. Es decir, la cúpula del BCE encabezada por Christine Lagarde «no se achantará»_y habrá subida de tipos. Sin embargo, tendrá que compensarlo con un discurso mucho menos agresivo dejando claro al mercado que, pase lo que pase, el organismo que preside está dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para evitar un nuevo colapso. Reforzarán además el mantra de que, a partir de ahora, los tipos se moverán en función de los datos macroeconómicos que se vayan conociendo.

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