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El presidente de la COAG-Canarias, Rafael Hernández. F. J. F.

Habla uno de los menores que trabajaba para Hernández: «Miente, no estábamos en un curso»

Tribunales ·

Este senegalés dice que el jefe de la COAG les pagaba 25 euros por día, que acudió cinco veces a la finca y cuando fue la policía, los apuntaron en un curso

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 16 de marzo 2024, 01:00

Uno de los migrantes que se encontraba acogido en el centro de menores Tagoror, propiedad del presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG-Canarias), Rafael Hernández, fue contundente y dijo a este periódico que el empresario mintió cuando declaró a los medios de comunicación que los menores que identificó la Policía e Inspección de Trabajo en su finca de papas en junio de 2023, estaban haciendo las prácticas de un programa de formación: «Eso es falso, no estábamos en un curso, nosotros trabajábamos allí, pero no era un curso. Todos éramos menores, así que no teníamos contrato ni nada», manifestó.

Hay que recordar que CANARIAS7 adelantó en exclusiva que Hernández fue objeto de una investigación por parte de la Inspección de Trabajo y el grupo de Extranjería de la Policía Nacional, quienes determinaron que había pruebas suficientes de que el presidente de los agricultores y ganaderos canarios había cometido un presunto delito al tener a menores migrantes trabajando en sus tierras.

De forma paralela, la Fiscalía Provincial de Las Palmas abrió diligencias de investigación contra Hernández, su hija Elisa Hernández -directora del centro de menores Tagoror-, el marido de ésta Cristian Ruano -encargado de la finca de Hernández-, Manuel Redondo -secretario técnico de COAG- y Cathy Godoy -trabajadora social de la Asociación Oportunidades de Vida-, por la supuesta comisión de un delito de trata de personas con fines de explotación laboral tras la denuncia interpuesta por un extrabajador.

Ahora, uno de los menores que estuvo en las tierras de Rafael Hernández en Tafira no duda a la hora de rebatir las explicaciones que Hernández ha ofrecido estas últimas semanas.

«El día de la inspección no hubo curso, se hizo después para enmascarar. Es falso lo que dijo Rafael de que estaba un profesor, con los chicos no había nadie»

«Éramos todos menores de edad, estábamos en el centro Tagoror y nos ofrecieron ir a trabajar. Ellos no tenían permiso de nada, solo nos preguntaban a nosotros si queríamos trabajar y los que decíamos que sí, teníamos que estar desde las ocho de la mañana preparados para ir a las tierras. A la una nos llevaban luego a comer y regresábamos para continuar hasta las cinco de la tarde», explica.

En contexto

Subvenciones millonarias

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El Gobierno de Canarias pagó 2,5 millones de euros a Hernández, para el mantenimiento de los menores inmigrantes del centro Tagoror que gestionaba su hija. Protección a la Infancia y las Familias le abonó ese dinero entre 2021 y 2023.

No dimite de su cargo

No dimite de su cargo

Hernández anunció que adelantaba la asamblea regional de la COAG que tenía que celebrarse en 2025 a este año para dejar su cargo de presidente. Todo ello tras haber «valorado la situación que está viviendo en estos momentos la entidad».

Este senegalés que llegó en patera a Lanzarote en febrero de 2023 cuenta que fue en -al menos- cinco ocasiones «a trabajar», pero que tenía otros compañeros del centro que «fueron más días. Yo tenía 16 años, pero también fue gente con 15 años y otros de más edad. Yo estuve desde abril de 2023 trabajando en el campo de Rafael y la inspección recuerdo que fue en junio. No es como él contó».

Reconoce que el trabajo «era voluntario», pero que en ningún caso era una actividad formativa: «Nuestra labor casi siempre era la de recoger las plantas que había cerca de sus papas, pero el día que vino la Policía mis compañeros menores estaban recogiendo papas. Un día éramos cinco, el siguiente otros diferentes y así todos los días. Un día un equipo y al siguiente otro aunque el día de la inspección había diez personas allí», rememora.

En la finca, este migrante dijo que les dirigía «el marido de la directora del centro», en referencia al denunciado Cristian Ruano y Elisa Hernández. Teníamos que ir caminando todos los días hasta la casa de Rafael y ahí nos recogía esta persona [Ruano] con un camión para ir al campo. Por la mañana los monitores del centro nos daban comida y zumo y luego en el campo, el chico que estaba ahí nos ofrecía bebidas energéticas a las diez de la mañana», recuerda este senegalés que ahora vive en la península.

El testimonio de este joven ratificó lo denunciado por un exempleado ante Trabajo y la Fiscalía acerca del supuesto salario que pagaba Hernández a los migrantes que iban a su finca: «Nosotros no sabíamos lo que nos iba a pagar hasta el viernes que nos daban todo el dinero junto en la oficina del centro Tagoror. Siempre nos decían que nos pagaban 25 euros por día de trabajo, aunque a veces era menos, pero nunca más. Por ejemplo, un compañero un día estaba trabajando y le empezó a doler la espalda hasta el punto de que no podía continuar más y se tuvo que ir. Ese día no se lo pagaron», apunta.

El día de la inspección

El joven migrante que ahora está recibiendo clases de español, recuerda con claridad cuando acudieron los inspectores de Trabajo y la Policía Nacional a la finca: «A mí ese día no me tocaba trabajar pero cuando llegaron al centro mis compañeros, nos contaron que pasaron mucho miedo y al principio no querían hablar con los policías. Los agentes les preguntaron cuántos años tenían y vieron que todos eran menores», apunta.

«Ese día no había ningún técnico ni profesor con nosotros en el campo», en contra de lo manifestado por Hernández quien declaró que había un técnico con ellos. «Es falso lo que dijo Rafael de que estaba un profesor allí. Con los chicos no había nadie, sino la gente que trabajaba en el campo. Ese día no hubo curso, se hizo después para enmascarar las cosas», argumentó.

«Fui cinco veces a trabajar, al campo pero otros compañeros del centro Tagoror fueron más días. Yo tenía 16 años, aunque también fue gente con 15»

«Después de que fuese la Policía al campo, estuvimos tres días sin ir a trabajar hasta que nos dijeron que teníamos que hacer un curso, pero era solo para camuflar esta situación. Antes de la inspección no nos habían dado ningún curso, sino después de que viniera la policía. Al tiempo fuimos a clase solo varias semanas y todas las jornadas fueron teóricas, nunca nos dieron prácticas», relata visiblemente molesto con lo manifestado públicamente por el presidente de COAG-Canarias.

«Cuando escuché lo que dijo me di cuenta que todo era mentira, muchas mentiras, y lo he hablado con otros chicos que estábamos allí y todos hemos dicho en nuestro idioma que es un mentiroso. Tengo mucho miedo porque es una persona poderosa, pero lo que hizo no estaba bien. Ahora quiero decir la verdad y contar las cosas que sé», finalizó.

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