La Autoridad Fiscal recorta del 6,3% al 4,3% su previsión de crecimiento en 2022

Pero la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha desvelado este jueves que «cada punto adicional de inflación supone algo más de 2.000 millones de euros en la recaudación». Es decir, el alza de precios tiene mucho que ver con la rápida reducción del desfase presupuestario en los últimos meses.

Así lo explicó ayer Ignacio Fernández-Huertas, director de la división de análisis presupuestario de la institución, que ayer se sumó a la ola de organismos que en los últimos días han recortado sus previsiones para la economía española. La Airef estima ahora un crecimiento del 4,3% del PIB para 2022, un severo ajuste frente al 6,3% anticipado en octubre.

Su visión es, no obstante, algo más positiva que la del servicio de estudios de BBVA, que ayer también presentó sus previsiones con un recorte de 1,6 puntos hasta el 4,1%, limitando al 3,3% la recuperación en 2023.

«La guerra en Ucrania ha sido el detonante del cambio en las perspectivas, pero los problemas que frenan el crecimiento ya venían de 2021», explica Esther Gordo, directora de la división de análisis económico de la Airef. Entre ellos, la crisis energética y los problemas en la cadena de suministro que también han obligado al organismo a disparar en casi cinco puntos su cálculo para la inflación, que sitúan ya en el 6,2% para este año.

La espiral alcista de precios que está beneficiando la recaudación –sobre todo por la vía del IVA– es una de las causas para que la institución haya mejorado su previsión de déficit del 4,8% al 4,2%, ya que los ingresos compensarán en parte la desaceleración en el ritmo de crecimiento y el mayor gasto esperado por medidas como el plan de respuesta a la guerra del Gobierno, cuyo impacto se calcula en unos 4.200 millones de euros.

Solo la rebaja de 0,20 céntimos por litro en los combustibles tendrá un impacto de 1.053 millones, por encima de los 823 estimados por el Ejecutivo. Los expertos advierten, no obstante, que ese efecto positivo de la inflación sobre las cuentas públicas será solo a corto plazo. A largo, derivará en un mayor gasto público. El gran reto llegará a partir de 2023, cuando se actualicen las pensiones según el IPC medio. La Airef estima que cada punto extra de inflación deriva en un gasto en este punto de 1.500 millones de euros.

Los expertos advierten que será complicado que el Plan de Recuperación, en el que el Gobierno ha puesto todos sus esfuerzos como motor de crecimiento, compense el peso del complejo escenario actual. De hecho, el organismo estimaba hace seis meses que el impacto asociado al Plan sería del 2,5% sobre el crecimiento. Pero el entorno ha cambiado radicalmente. Y ahora apuntan a que apenas alcanzará el 1,8%.

Este ajuste lleva asociado un menor multiplicador de los recursos y, por tanto, de su capacidad para impulsar el crecimiento. La Airef ha recortado ese efecto multiplicador de 1,2 puntos a 0,9 para este año, después de un 2021 en el que «fue prácticamente nulo», aportando apenas 0,1 puntos al crecimiento.

La incertidumbre sobre la evolución de la economía es máxima. Yya ha obligado a organismos como el Banco de España a lanzar advertencias más allá de la rebaja de previsiones del PIB. Este mismo jueves, en la Memoria Anual de Supervisión Bancaria, el gobernador Pablo Hernández de Cos llamó a la banca a mantener una «elevada prudencia» mediante un reconocimiento temprano de los riesgos.

Es más, en un momento en el que las entidades habían logrado superar el impacto de la pandemia en beneficios, el supervisor vuelve a pedir que «no liberen provisiones hasta que la incertidumbre se disipe», especialmente en los sectores más afectados por la crisis.