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Figuras como los ERTE están en cuestión entre los expertos en gestión económica por su coste público y las dudas sobre la continuidad del empleo. EFE
Incentivos al empleo, sí, pero solo si hay garantía de mantener los puestos

Incentivos al empleo, sí, pero solo si hay garantía de mantener los puestos

CANARIAS7

Viernes, 30 de octubre 2020, 13:25

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La defensa del empelo está en la mente de todos en el escenario de crisis sanitaria, económica y social, pero la pregunt es cómo hacerlo. L Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha concluido que los incentivos a la contratación facilitan la obtención de empleo, sobre todo en tiempos de crisis, pero advierte de que sus efectos son modestos y no perduran en el tiempo.

Por ello, durante la reciente presentación del informe sobre el gasto público en incentivos a la contratación, la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, señaló que «pensar que con incentivos a la contratación se pueden sustituir reformas estructurales del mercado laboral es un error».

En términos generales, el estudio revela que los diferentes incentivos cumplen su función en la medida que facilitan la contratación o el mantenimiento del empleo, aunque advierte de que sus efectos tienden a desaparecer cuando termina el periodo bonificado.

El estudio ha analizado siete beneficios a la contratación -menores de 30 años, mayores de 45 años, mujeres con infrarrepresentación en determinados sectores, transformación de contratos temporales en indefinidos, tarifa plana de trabajadores autónomos, bonificaciones y reducciones al trabajo autónomo de carácter específico y personas con discapacidad- entre los años 2012 y 2018, que en este último ejercicio suponían algo más de 2.000 millones de euros.

En su conjunto, los incentivos a la contratación suponen el 40 % de las políticas activas de empleo, con un importe total de casi 3.000 millones de euros.

Herrero ha defendido que si los incentivos están bien diseñados «pueden ser eficaces en momentos puntuales» y para colectivos concretos -por ejemplo, en el momento actual para jóvenes-, aunque para ello es necesario un marco estable, indicadores claros y mejorar la coordinación entre administraciones.

La AIReF también aboga por simplificar los incentivos y vincularlos a programas de formación, así como hacer un seguimiento y una evaluación continua.

Como ejemplo de la efectividad de los incentivos, la Autoridad ha evaluado el impacto de la eliminación de beneficios en 2012, que elevó la destrucción de empleo al 2,96 % entre julio de 2012 y diciembre de 2014, cuando de haberse mantenido habría sido del 2,73 %.

Por lo que respecta a los beneficios concretos, la tarifa plana para autónomos, puesta en marcha en 2013 con un coste de 635 millones, aumentó en un 17 % la probabilidad de que el colectivo de jóvenes -los primeros beneficiados- se diera de alta en este régimen, aunque los efectos se limitaron a quienes llevaban poco tiempo en paro y tenían un nivel de formación medio o algo.

En un primer momento, esta tarifa plana contribuyó a reducir la probabilidad de que los autónomos se dieran de baja, aunque este efecto desapareció a medida que finalizaba el periodo bonificado.

Herrero defendió la conveniencia de avanzar hacia la cotización por ingresos reales, aunque sí ve «conveniente» mantener la tarifa plana mientras se produce esta reforma, «reforzando inspección y control con el fin de evitar un mal uso». El desaparecido contrato de apoyo a los emprendedores tuvo un pequeño efecto positivo sobre la probabilidad de encontrar empleo, aunque no llegó a los colectivos más vulnerables, como los jóvenes menos cualificados, y su efecto sobre el mantenimiento del empleo desaparecía cuando finalizaban los tres años de compromiso.

Los incentivos a la conversión de contratos temporales en indefinidos aumentó en un 6 % la probabilidad de que este cambio ocurriera, si bien la AIReF puntualiza que este efecto está circunscrito a los contratos de formación. Además, las conversiones se producen especialmente en contratos de formación de dos o más años de duración, que solo son una cuarta parte del total, por lo que la AIReF aboga por mejorar este tipo de contratos y eliminar el límite de edad, con el objetivo de avanzar en la formación continua de los trabajadores. Los incentivos a la contratación de personas con discapacidad, que suponen el 40 % del gasto analizado, no ha podido ser analizado como tal. A nivel autonómico no parecen fomentar el empleo, aunque sí tienen un efecto positivo importante sobre el mantenimiento de este.

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