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Vista de un embalse en Málaga. europa press
El campo teme ya pérdidas multimillonarias por la sequía

El campo teme ya pérdidas multimillonarias por la sequía

Con el segundo peor comienzo de año hidrológico de este siglo y un aseguramiento reducido, el sector clama medidas al Gobierno

Domingo, 20 de febrero 2022, 10:13

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«La sequía puede ser la puntilla para los agricultores; estamos cada vez más asfixiados con los costes de los 'inputs' y los problemas en la comercialización de nuestros productos». Lo advierte Andrés del Campo, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes (Fenacore), aunque lo comparten todas las asociaciones agrarias. Piensos, semillas, abonos, plásticos y agua para el riego se han encarecido entre un 30% y un 70% los últimos meses –el gasóleo más de un 85%–, y las diferencias de precio entre origen y destino de los alimentos son aún mayúsculas en muchos casos: un 1.021% las naranjas, un 965% los limones y un 754% los ajos, por ejemplo.

La falta de agua en forma de precipitaciones –del 1 de octubre (inicio del año hidrológico) al 8 de febrero fueron un 38% menos que sus valores normales, según la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores– ha llegado en el peor momento para un sector agropecuario muy castigado. «La pandemia ha hecho estragos –lamenta Pedro Barato, presidente de Asaja–, porque cuando tocaba recuperarse se nos han disparado todos los costes» y encima, critica, la Ley de la Cadena Alimentaria «sigue sin cumplirse» para garantizar que, «al menos, no incurramos en pérdidas».

Pero esta sequía las traerá y de varios cientos de millones de euros –en 2017, con la peor del último lustro, superaron los 1.000 millones–, pues éste es el segundo peor comienzo del año hidrológico en lo que va de siglo. Las asociaciones coinciden en que hasta que no termine la campaña invernal de cultivos «es difícil conocer los datos con cierta exactitud», apunta Miguel Padilla, secretario general de COAG. No obstante, anticipa que «en las zonas de cereal de secano afectadas se habla ya de pérdidas de entre 300 y 500 euros por hectárea».

En su último análisis detallado, COAG estima que el 50% del campo español se encuentra ya en situación de alerta por sequía, aunque, oficialmente, el Ministerio para la Transición Ecológica sostiene que hoy solo puede hablarse de «sequía prolongada» en la cuenca del Guadalquivir. Aún así, dicha organización agraria señala que «si no llueve de forma significativa» antes de mediados de marzo, «los cultivos de secano podrían ver dañados sus rendimientos entre un 60% y un 80%».

La lista de afectados se va alargando. Por regiones, las zonas más críticas están en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde corre serio riesgo de perderse gran parte de las producciones de cereales de invierno, colzas, plantas leguminosas y proteaginosas. Asimismo, hay problemas serios en comarcas de Murcia, Lleida y Girona, mientras en Aragón y La Rioja también preocupan mucho las heladas.

La ganadería también sufre

Entre los cultivos que más problemas presentan ya por falta de lluvia destacan los herbáceos, al estar en pleno desarrollo y necesitar mayor humedad. Casi lo mismo pasa con los leñosos de secano como olivar, viñedo y árboles de frutos secos (sobre todo almendros y pistacheros), los pastos para ganadería en régimen extensivo (vacas, ovejas y cabras), los forrajes y rastrojos (alimento en verano). Y el sector, ante la falta de alternativas –las charcas merman y los caudales de los pozos se reducen–, ha de recurrir a unos piensos cada vez más caros.

La apicultura sufre la merma de floraciones –las anomalías de temperaturas inciden– que reduce las colonias de abejas, mientras algunas siembras –como el girasol– se retrasan. Además, preocupa el inicio de la campaña de regadío, pues se temen restricciones de riego por el bajo nivel de pantanos y embalses, como advierte Ignacio Molina, experto en seguros de Cooperativas Agro-alimentarias. A 15 de febrero, la reserva hidráulica nacional era solo del 44,3% de su capacidad, un 28,6% menos que la media de la última década, con especial afección en la mitad sur del país.

Los problemas se agravan con un nivel de aseguramiento reducido –solo el 46% de media en los cultivos herbáceos extensivos y aún menos en otros– por unas primas más caras (las subvenciones han bajado), coberturas menores y mayores penalizaciones. Las asociaciones reclaman al Gobierno medidas fiscales (incluidas exenciones de cuotas sociales) y financieras (créditos y moratorias), entre otras. Luis Javier Merino, de la ejecutiva de Unión de Uniones, solicita que se usen los fondos europeos para situaciones de crisis. España lo pedirá este lunes en el Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, así como disponer de recursos del desarrollo rural como ayuda inmediata.

Los regantes, preocupados por la nueva planificación hidrológica

La desertificación es ya «uno de los mayores problemas ambientales». En el caso de España, cuenta con un 74% de zonas secas y más de nueve millones de hectáreas catalogadas como de «riesgo alto o muy alto». Lo han avisado los regantes, que en este punto coinciden con los ecologistas de Greenpeace, quienes añaden que se trata del territorio «más árido» de Europa y que el aumento de temperaturas por el cambio climático hará que la disponibilidad de agua sea cada vez menor. Por ello, tachan de «insensata» la actual política hídrica nacional.

Tampoco están de acuerdo con ella los agricultores, pero acusan a algunos grupos ecologistas de mantener «posiciones radicales». Estas organizaciones hablan de regadíos «sobredimensionados», robo de agua, pozos ilegales –estiman que hay más de un millón repartidos por todo el país–, trasvases «innecesarios» y «sobreexplotación de recursos».

Desde la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) que preside Andrés del Campo, por el contrario, ponen el foco en la «falta de inversión» en obras de regulación para «paliar los efectos negativos de las sequías». Según sus datos, solo se han ejecutado dos de cada diez euros previstos en estas infraestructuras en los planes hidrológicos anteriores. Y ello en un país que hace un aprovechamiento en régimen natural muy reducido de estos recursos: solo el 9% frente a más del 40% en la mayoría de los Estados de la UE.

La nueva planificación hidrológica –que ultima el Gobierno– se aprobará a priori en primavera y en Fenacore se quejan de que sus alegaciones no se hayan considerado, ni tampoco las de otros expertos del regadío pese a que este sector aglutina al 70% de los usuarios del agua. Critican que la intención del Ejecutivo de fijar caudales ecológicos en los ríos «anulará la función de regulación de los embalses»: 85 ya proyectados antes se han eliminado.

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