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Una conquista por la salvación

Una conquista por la salvación

La UD Las Palmas buscará su tercer triunfo en cuatro partidos ante el Athletic, en la que sería la mejor racha del curso. Pero para ello deberá ganar fuera de casa, algo que no hace desde la tercera jornada. Viera y Calleri, junto a los recién llegados Etebo y Aguirregaray, liderarán la conquista de La Catedral.

Ronald Ramírez Alemán y Bilbao - Enviado especial

Viernes, 17 de julio 2020, 00:52

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La esperanza está puesta en ellos, los dos únicos futbolistas que han mantenido una cierta regularidad y han demostrado ser de Primera. Tanto el grancanario como el argentino son los principales artífices de los 17 puntos logrados por la UD y el clavo ardiendo al que se agarra la afición amarilla. Pero ya no están solos. Acaban de llegar y, aunque pueda resultar sorprendente por el poco tiempo que llevan en la isla, Etebo y Aguirregaray se ganaron en 90 minutos el amor de la grada. Quizás por contribuir activamente en un triunfo imprescindible para mantener la ilusión por la salvación. Quizás por la necesidad de aire fresco en un equipo sumido en la depresión. Pero, sea por lo que fuere, ambos jugadores han logrado, con un solo partido, dar más motivos por los que creer.

En San Mamés serán estos cuatro y siete más. Chichizola en portería, por la derecha un Macedo que, ya recuperado de la lesión, se espera que vaya a más. En el centro de la zaga está la duda si dar continuidad al buen hacer de la pareja Gálvez-Ximo, o volver apostar por un Bigas que no se cansa de evidenciar que es el mejor defensa de este equipo. Por delante, Peñalba no tiene competencia. La duda será quien ocupe la banda izquierda. Ni Jairo, ni Nacho Gil, ni Halilovic -a pesar de su último gol salvador- terminan de convencer. El único que está cumpliendo en el extremo, aunque en la última jornada vivió un día gris, es Hernán Toledo.

Son, en cualquier caso, cambios puntuales. Nombres que no alterarán la idea de juego y la base de un equipo que, poco a poco, va recuperando su seña de identidad. El esquema ya está definido, la sangría de goles en contra se está frenando, y ahora la tarea está en mejorar la fluidez ofensiva, tener más sed de sangre. Porque arriba, el balón no termina de circular con velocidad, el juego es demasiado horizontal, y cuesta un mundo generar ocasiones. Calidad hay, por lo que se entiende que es una cuestión de confianza. Esa seguridad que solo se logra con victorias y puntos, así que dado los últimos resultados, la esperanza es que ante el Athletic la moral esté reforzada y que cada vez haya menos miedo a encarar, desbordar y chutar. Sería tener mucho ganado.

El empate esta noche no sería un mal resultado, pero en la UD no se firma. El Athletic tampoco está para tirar cohetes, lleva cuatro fechas sin ganar y Ziganda ha estado cuestionado todo el año. No hace falta un milagro para asaltar San Mamés y a los de Jémez les impera un triunfo que no esté dentro del guion, un golpe de efecto que termine de traer el optimismo a la isla. La primera vuelta fue demasiado mala como para hacer una segunda parte del campeonato razonada o lógica. Hace falta más y, con el infernal calendario que tiene por delante, la de hoy es la mejor oportunidad.

El último recuerdo que se tiene del nuevo San Mamés es como para borrarlo. Aquel 5-1 escoció y la UD ya sabe de los peligros de un conjunto bilbaíno que, por filosofía, no se permite muchos cambios de nombres año tras año. La salvación está a un solo partido y, comenzar la jornada empatados a puntos con la salvación, después de asaltar uno los feudos con más enjundia del fútbol nacional, es un sueño demasiado bonito como para no perseguirlo.

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